Quiero tratar de ajustar lo
máximo posible, teniendo en cuenta la situación actual, los siete pecados
capitales a todo lo que está pasando. Si alguno necesita bostezar, toser, ir a
por agua y tirarse un pedete por el
camino, rascarse allí… donde le pique, o santiguarse, que lo haga, no pasa
nada. Si estéis con la novia, en público o en lugar profano y tenéis una birra
fresquita…entonces nada de agua, lo más, depende de la confianza.
Me tomo la libertad de empezar
por lo que yo considero, de menos a más. O sea del menos malo al peor. Y quizá
cuando termine, ya veré si tengo que arrepentirme de estar bebiendo agua en
lugar de una birrita fría.
PEREZA:
Considero que el más “leve”,
entre comillas, es la pereza. Algunos diréis que es muy mala porque es cosa de vagos,
gandules, holgazanes…etc.
Un gandul o vago, al que le
gustaría tener mando a distancia hasta para abrir cuando le llaman al timbre,
entra dentro del pecado capital pereza. Pero ahora bien. Aún lo es más, y con
MAYÚSCULAS, el que no hace ni el huevo cuando muchos dependemos de que mueva su
culo. Ese tío que está donde no tendría que estar y sigue ahí porque tiene unos
cojones como los melones BOLLO. Ese tío que es lo más parecido a las máquinas
de sacar muñecos de los bares. Que te hartas de meter pasta en su monedero y
jamás te da nada a cambio. Al contrario, en las máquinas por lo menos suena una
cancioncilla, que aunque te jode, por lo menos mueves la cabeza con ritmo.
Esos tipos a los que la pereza
les hace menos eficaces que ir de caza con un mondadientes, son a los que me
gustaría que sus mentes se cautivaran
por esa misma pereza y sufrir en su propio día a día lo que muchos no podemos,
por derecho, disfrutar por su culpa.
LUJURIA:
Dígase del que hace del sexo un
abuso desconsiderado. Quizá algunos obispos u otros comulgadores con sotana, creyentes y practicantes de un testamento
que han ido tejiendo a su medida, y siempre “presuntamente”, enganchados a este pecado nos lo podrían explicar
mejor.
GULA:
No me refiero a la del norte. Me
refiero a comer en exceso, a veces por desorden y otras muy ordenadamente por
capricho. Aquí podríamos encajar perfectamente a varios triperos de la
política. Tipos que se pasan las normas, leyes y juramentos por el forro de los
huevos. Triperos de cuchillo y 5 tenedores (que les clavaría sin dudar en las
manos cuando pagan esos manjares con nuestro dinero); les diría que el derecho
a alimentarse no se lo negamos, pero me niego rotundamente, a que los demás
tengamos que utilizar un plato cada vez más pequeño, para que nos parezca que
se llena como antes.
Que la acidez se apodere de sus
estómagos eternamente. Amen.
IRA:
Dícese del cabreo sobrenatural
que estos días un hombre, según una
señorita canaria, ha estado vomitando en varias ruedas de prensa. Haciendo al
pueblo culpable por pedirle explicaciones por lo adeudado no anotado en el
haber de las cuentas públicas.
Otro irascible de los cojones,
con un “Grau” de impertinencia y chulería abusadora, nos mostró hace poco sus
encantos en una rueda de prensa, porque
le dio la gana, en la que pronunció miles de palabras salidas del diablo
que lleva dentro, sin cordura, sin lógica y con menos argumento que un anuncio de
…
Otra forma de definirla ira, y esta creo que con tanto
fundamento con la cocina de Arguiñado, es la del pueblo, que por cojones, tiene
que aguantar carros, carretas y carretones, y todos, todos bien cargados y
cuesta abajo.