Todas las comparaciones son
odiosas. Sobre todo cuando lo que comparas tiene algo que ver con la persona
que escucha. Sea por sus ideas o por su forma de ser, por sus manías, por su
estilo o simplemente por aquello de “porque yo lo valgo”.
Hay momentos en los que comparar
a alguien con otra persona o cosa, nos sale de dentro. Es como si fuera algo
innato. Estoy seguro que todo el mundo en alguna ocasión a comparado algo con
algo o alguien con alguien, o peor aún, alguien con algo…
--La cuestión es cómo le sienta
al comparado, que lo comparen.
Un ejemplo que se usa
normalmente, -y lo lo sabes-… es cuando se compara a un ladrón con un político.
Es cierto que se generaliza, sí. Pero aún sin pronunciar nombres, el porcentaje
de acierto es muy pero que muy amplio. A los buenos políticos, que quiero pensar
que alguno pueda haber, no debería molestarle, por el simple hecho de que son
buena gente.
Se compara el nacer con una barra
de pan bajo el brazo, con ser rico. Tener suerte con un tonto. Ser guapo y
millonario con ser buen deportista (véase
comentario de cr7). También ser listo con el hambre. Ser un zorro con la
astucia. Ser paciente con ser un santo. (Jesús
aún espera explicaciones del embarazo de la Virgen María) Comparamos
repelente con al agua y el aceite. Se compara la cultura con un lujo (véase lista de precios de matrículas
universitarias…)
Algo de costumbre centenaria, por
lo menos, es comparar a las suegras con algún animal pesado y molesto para
tener en casa… (Hipopótamo, orangután,
foca adulta, ballena, etc…)
Creo que nos hace falta renovar
el fondo de armario de las comparaciones.
Ejemplos:
Hacer el amor contigo, es como
follar con los ángeles. (A la chica no le gustará que metas tanta gente en su cama)
Pasear a la luz de la luna, es
como estar bajo la luz de tus ojos. (endesa
te mandará un facturón que vas a flipar…)
Conducir tu coche nuevo es como
ir sobre raíles. (Las multas las pagas
tú, chaval)
Te quiero como si fueras parte de mi vida. (Por eso las chicas van de dos en dos al baño)
Mi pulso es como el de una estatua. (Quizá estés muerto, mira a ver…)
Mi inteligencia en como la de un
ordenador. (Pues reiníciate que estás colgao)
Mi niño es bueno como un santo. (Cuidado con los niños y la iglesia…)
Te pareces al tonto del pueblo. (Sí, sí… dame pan y dime tonto)
La vecina besa como una diosa.
(Eso dicen, eso dicen…)
Este café es como beber agua
sucia. (Se nota que nunca has bebido agua
sucia, nen)
Soñar contigo es como un cuento
hermoso. (Cuando despiertes te cuento la
verdad)
Mis natillas son como las que
salen por la tele. (Y una mierda, las que
salen en la tele se las come Marc Marquez)
Mi cuerpo es como el de un atleta.
(Cuidao con lo que tomas…)
Mi sentido del humor es como un
don. (Y don-de está la gracia…)
Mi abdomen está plano como una
tabla. (De qué… de quesos, de embutidos…)
Mis escritos son como para
comentar. (Se puede comparar con algo o
alguien, no vale copiar)
Ha llegado el momento de parar
sin más comparaciones. (El comentario más
original podrá elegir el tema de la próxima entrada en este blog)
Lorenzo López