A veces las cosas son muy
simples. Demasiado diría yo. Incluso frágiles i mortales. La vida nos trae lo
inesperado y nos pone en bandeja como disfrutarlo. Nos perdemos pequeños
detalles que nos harían especiales, mientras observamos grandes
acontecimientos, que no van más allá de serlo. La vida gira a nuestro alrededor
como siempre lo hace, y seguimos tropezando en la misma piedra, i ni no en
otra. Pero en ocasiones nos pilla desprevenidos, y no sabemos darnos cuenta que
para llegar un poco más alto no es cuestión de estirarse, es cuestión de creer.
Es cuestión de poner el alma en lo que haces. De llorar si hace falta, de
perdonar. De rellenar los huecos de alma con momentos que hicimos únicos. Y hacer
que la soledad que nos invade entre tanta gente se desvanezca como si nada.
Nadie sabe el tiempo que nos
queda para disfrutar de lo que más queremos.
Nadie puede adivinar si mañana
durará más que hoy…o si ayer solo fue ayer y no pasó nada más.
Nadie sabe cuándo pasará por tú
lado la esperanza desnuda, sin su verde habitual, con su mano tendida.
Nadie sabe cuándo un susurro tras
colarse por tu oído, te hará estremecer como nunca antes te pasó.
Nadie sabe si un día perdonas,
aunque sea por enésima vez, a quien por ti dedicó algo más que su tiempo, su
amor.
Nadie sabe si el primer paso que
des mañana al levantarte, será el empiece de una nueva forma de sentir la
felicidad.
Nadie sabe si un parpadeo hará
que te pierdas ese instante de la vida donde se ven los deseos paseando.
Nadie sabe que lágrima llegará
primero a tu corazón, si la que lloras por dolor o las que derramas por amor.
Nadie sabe cuánto tiempo tardarás
en rozar la luna en uno de tus sueños, y volver y seguir abrazada al cuerpo que
amas.
Nadie sabe el tiempo que nos
queda para pasarlo juntos…
Nadie sabe el motivo por que cual
aquel día cuando decidiste escoger un ángel fue porque sí…o porque lo merecías.
Nadie sabe cuándo volverá a
suceder aquello que te cuándo te sucedió lo mejor que te podía suceder.
Nadie sabe si el primer suspiro
fue porque salió sin querer, o porque quiso salir.
Nadie sabe cuántas veces uno
piensa en otro, ni cuantas el otro piensa en ti.
Nadie sabe si cuando alguien
piensa que mereces la pena simplemente lo piensa o lo cree.
Nadie sabe cuánto sabe el que lo
sabe todo.
Nadie sabe si lograrás que lo que
hoy dices que no puedes conseguir…Eso sólo lo sabes tú.
Lorenzo López.