Todo empezó como suelen empezar estas cosas… por el
principio.
Diré, que cuando una relación de amistad es bonita, no hacen
falta más explicaciones.
Pongamos que hablo de un “repóquer”
de chicas (para los que no entendemos de póker, se refiere a 5 figuras iguales,
por ejemplo, 5 reinas…) y de esta manera, quiero empezar esta historia.
Las chicas en cuestión eran… Meri. Sari. Cari. Rosi. Neni. Y lo mejor
de todo, es que compartían un diario. Donde todas anotaban diariamente sus
inquietudes, novedades, ligues y amores, deseos ,pasiones, juergas y resacas, y
tantas otras cosas, que quizá, os sorprenda leer.
A una de las chicas, una tarde
noche cualquiera, se le ocurrió la genial idea de que podían comprar un diario
para compartirlo entre las cinco. De esta manera, podrían escribir sus
cosillas. (Yo aquí añadiría algún comentario… lo dejo para más adelante…) Como
era de esperar, a todas les pareció super guay del Paraguay. Así que se
pusieron manos a la obra y fueron a comprarlo. Aquí ya llegaron los primeros
rocecillos, (por decirlo suavemente…) la Meri
lo quería de colorines. Rosi prefería
más discreto. Cari era más de un solo
color, como mucho dos. A Sari le era
un poquito igual, pero qué coño, también quería meter baza, así que se le
ocurrió proponer el color negro, como el de la muerte. y por último, Neni fue la más imparcial, y a pesar que
aceptaba las propuestas, dejaba caer que prefería más color lila o rosa. Mientras
las chicas seguían discutiendo formas y colores, eso sí, de buen rollo. A alguna
ya se le estaban ocurriendo cosas para apuntar en él.
Una vez consiguieron ponerse de
acuerdo y lo compraron, tenían más dudas. Quien lo iba a estrenar. Lo habían pagado a partes iguales, así que
tenían que hacer algo para solucionarlo. Como siempre hay a quien se le da bien
mediar, Neni propuso que podían
escribir algo que todas tuvieran en común. (Madre mía. Aquí fue como algo
automático, como un acto reflejo. Todas se pusieron a mirarse entre ellas. A los
ojos, con dos…ovarios, vamos…) parecía como si hicieran una prueba de quien
aguanta más sin reírse, o algo así. Pero como era de esperar, también siempre
hay quien no aguanta más y salta… “podríamos escribir una cosa que es seguro
que tenemos en común” se hizo el silencio. Todas se miraron entre sí…hasta que
la Rosi preguntó tímidamente… ¿Qué estás
pensando? Cari. Y esta aguantó unos segundos a contestar, (que mala leche tiene,
ostia…) y dijo por fin. Las baticaos. Otros pocos segundos
de silencio absoluto. Más miradas entre sorpresa, vergüenza a medias, rostros
enrojecidos, y no sé cuantas cosas más… El
repóquer de reinas empezó a reír como si no se hubiesen reído jamás en la
vida. Y así empezó ese diario. Con un escrito sobre las baticaos… ahí lo
dejo. Pendiente.
Los días pasaban y el diario se
iba engordando de anotaciones motivadoras, deseos de alcoba y deseos
platónicos, amores que matan y amoreeeee
simplemente. Besos profundos y recuerdos
que se recuerdan. Amigos, que siempre son más que amigos… ya me entendéis. El vestuario,
que me pongo y el que quisiera ponerme. Aquellas joyitas de siempre… los chicos
que ahora son hombres G. Y de Wonder, y de posters, y de corazón partio, y de sólo
para ti… y de bailar pegados. Y de
no te soltaré nunca la mano.
También ocupaba parte de los
huecos que algunas chicas dejaban sin escribir, aquellas prendas de ropa,
calzado, complementos y abalorios (con forma de osito) que tanto les gustan a
ellas.
Y por supuesto, llega el gran
momento. Toca cotillear, que han escrito las chicas. Rosi, repasa el diario antes de anotar nada suyo. Se da cuenta de que
Sari, se ha comprado unos zapatos
nuevos que molan mucho, y muy atentamente lee la descripción de los mismos. Sari, flipa tras leerlo y decide anotar
que ella se va a comprar un modelo de zapatos que es lo más chic del momento. Cierra
el diario con gesto de… aquí estoy yo… y se va. Meri, espera estar sola y cuchichea en voz baja… (Ahora me toca a mí)
Abre el diario lentamente mientras va curioseando. Hasta que lee que… Neni tiene un amigo Special-L en un círculo repasado varias veces en rojo intenso. Eso inquieta
a Meri, que por un momento piensa en
quien puede ser…pero no consigue imaginárselo. Pero le gusta la idea de pensar
que la Neni se lo merece. Meri aprovecha para anotar que ha tenido
un buen día, que le satisface pensar que sus amigas tienen algo en común, a
parte de las baticaos. Y es esa parte divertida y molona de confiar en
ese diario “chivato” donde cada una
apunta lo que más le importa o, porque no, para chinchar un poco… que también
es divertido. Las risas se reparten, se extienden y cualquier otra tarde noche de un día cualquiera,
quizá se les vuelva a ocurrir otra genial idea como esta.
Al diario pronto se le acabaran
las hojas… pero seguro que todo ese contenido que acumulará, será parte del
recuerdo de un gran repóquer de reinas.
Ah… ese diario también contiene
páginas privadas que prometí a las reinas, que no contaría jamás.
Nos leemos.
Lorenzo López