Lectura de Elena

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jueves, 2 de julio de 2015

Cuantas veces llama el cartero?

Parece que la respuesta está clara. Dos. Pero yo discrepo, porque llama más veces y sin conocimiento de causa. Aprieta tantos timbres como le parece, tantos como le aguanta ese dedo colorado. Yo creo que va cambiando de dedo… si son dos veces el timbre de cada piso y toca entre 8 y 10 pisos, o sea 9, llama un total de 18 veces. Dicho de otro modo. Si suenan 18 timbres, y algunos suenan de forma distinta a los otros, sabemos que depende de la prisa que tenga el cartero, la rapidez de los distintos sonidos de los timbres, puede llegar a ser una auténtica sinfonía. Lo malo de todo es que siempre cuando pasa, y si estás en casa, seguro que te pilla haciendo algo que no puedes dejar a medias.

Por ejemplo: si te pilla cagando, no sé vosotros, pero a mí me cuesta poner mi culo en pausa para ir a contestar al telefonillo. Otra posibilidad es que te pille en la ducha y enjabonado. Joder, si ya uno se resbala sólo con agua, imaginaros con jabón en los pies… buufff ostión. Así que yo tampoco de doy prisa por mucho que insista. Y vamos, que no te pille durmiendo. Hay personas que debido a un horario especial en su trabajo (mierda de curro) a medio día están durmiendo, así que si viene el tocador de timbres, la primera vez quizá no le hagas caso. Pero ya la segunda, la tercera, el timbre de al lado, el de arriba y la ostia en vinagre te joden vivo. Así que levantarte no te levantas, porque piensas, ya que me has jodido… te jodes que no te abriré. Ahora bien, lo que sí haces es darle recuerdos a su familia entera, incluyendo a los que yo no están y a los que vendrán… vamos que una generación entera.

También están los que reparten publicidad. Estos son peores. A pesar de que hay carteles en la entrada advirtiendo que no se desea publicidad en el bloque, y que además y por cortesía, se coloca un buzón exclusivo para que se depositen sus pasquines fuera del portal, justo al lado de los timbres. Pues bien, con todo y con eso estos tipos siguen tocando el timbre para colarse dentro del portal y poder así llenar los buzones de papeles de diferentes establecimientos con grandes ofertas. Se hacer pasar por carteros cuando alguien les contesta tras la llamada. Los hay que parecen que tengan un telefonillo inalámbrico en casa. Me parto y me mondo… o sea que se hacer pasar por carteros…? Ole sus huevos, como les tenemos tanto aprecio también. Publicidad, lo que es publicidad los carteros no traen, pero facturas, recibos del banco, multas certificadas entre otras putadas, es con lo que tan amablemente nos rellenan el buzón.

Hace muchos años, era diferente. La gente escribíamos en papel, algunos quizá aún lo recuerden… sí… Bueno tenías suficiente con un trozo de papel y un lápiz o boli Bic. Luego en el estanco te vendían un sobre y un sello de un cabrón… Más tarde cambió la foto y el precio, y pusieron la de otro cabrón con escopeta… lo que no sabía este último es que sólo salía su cara. En fin que en aquella época, podrías esperar una carta de la novia, tus padres, primos, la abuela, amigos etc… y siempre que sonaba el timbre de casa, o bien el picaporte, que normalmente era una mano que sostenía una bola (todo de hierro macizo) y que según la cantidad de golpes, las cartas eran para un piso u otro. O sea un golpe, al primero, dos al segundo, tres al tercero… y poco más, ya que no solía haber bloques mucho más altos… vamos. 
Aquellos porrazos molestaban mucho más que el sonido de los timbres, la diferencia es que podría ser una carta que esperabas ansiosamente. Eso hacía que te levantaras y fueras a atender al cartero. Te daba igual si estabas cagando…total el papel del elefante rascaba tanto que se hacía violento limpiarse más de una vez. El jabón en la ducha tampoco era mucho problema, normalmente te duchabas el domingo, y ese día no había reparto. Y por el tema de los horarios de trabajo, no había problema, siempre estaba la vecina dispuesta a coger las cartas por ti. Normalmente la más cotilla… no sé por qué.

Antes los carteros eran respetados por los ciudadanos. Ahora los mandas a la mierda y no rechistan apenas… pero cuidaaaooo, que lo más probable es que no recibas tu correo a tiempo ni para saber si tu ex banco ya tiene otro nombre y otro dueño.

Ring ring….


Lorenzo López