No voy hablar de la clase de
galletas que algunos toman para desayunar, merendar u otros momentos de
felicidad. Lo que quiero es hablar de las galletas que muchos deberían, más que
tomar, recibir, en su empeño por la desigualdad de la mujer Vs hombre.
De haber, hay de todo como en
botica. Y nunca deberían (y esto va para
ellas) confundir un alago o piropo con una grosería. Del tono y las formas
hay cientos de normas de las que merece la pena hablar. Sólo hace falta
escuchar algunos que presumen de igualdad y proponen sus mejores puestos a sus amigos del bar. Porque los hay constantes
en sus funciones, y no piensan doblegarse a la hora de la verdad. Hay alguno
incapaz de reconocer su mal creyéndose especial por pensar como un machoman.
En Valencia ponen faldas en los
semáforos para que ellas puedan cruzar, como si el derecho de caminar tuviera
otras normas que contemplar. Las mujeres usan pantalones diseñados para ellas,
desde 1960, con lo cual no tienen razones de peso para que ahora hagan eso. Hemos
visto escoceses con faldas y señoras de postín en pantalones de vestir. Hemos visto
señores ceder asiento a embarazadas, ancianas y menores. Hemos leído logros de
señoras con premios merecidos, y calcetines de hombres finos como pantis
femeninos. Peluquerías unisex, donde se peina ella i él. Compromisos matrimoniales
exquisitos y admirables. Amores sin complejos y ricos en deseos. Mantas rosas o
azules que calientan sin desprecio. Féminas con almas envidiables y almas de
hombres sensibles. Piropos especiales que sonrojan a cualquier dama y damas sensacionales
que alagan al más varón.
Las y Los, sin más diferencia que la que salta a la vista, pero con
los mismos derechos. Y así se insta. Porque es un sin sentido que algunos de “arriba” celebren el día de la mujer
trabajadora, cuando por el mismo trabajo, ellas cobran menos a la hora. No
concibo discutir quien debe fregar los platos y quien al bar debe ir. No lo
concibo, ni lo comparto, ni lo deseo. Que los que pegan, antes de sus actos, se duelan. Que los que quieran dominar, no dominen más allá de su pensar. Y que los posesivos se posean así mismos.
Porque no hay diferencias cuando decimos, el señor elegante o la señora elegante. El señor inteligente o la señora inteligente. El señor arrogante o la señora arrogante. El señor inútil o la señora inútil. El señor o la señora tanto monta monto tanto.
Desde 1978, y antes menos aún,
este país nunca ha tenido una presidenta del gobierno en acuerdo común. De hecho
si buscáis el google “PresidentA del Gobierno” no sale ni una soóla referencia. Increíble. No tan sólo algo afable.
No creo en los MACHOMAN ni en las SUPERGIRLS. Creo en las buenas personas, sean el sexo que sea. Creo
en las oportunidades que nos rodean. Porque el ingenio no debería utilizarse
para discriminar, sino para evolucionar. Para discurrir sobre el avance de la
igualdad, para vivir y prosperar.
Alguna vez habéis pensado que todos
los hombres llevamos algo femenino y todas las mujeres lleváis algo masculino.
La mujer tienen coño (masculino) y los hombres polla (femenino). Pero ambos tenemos corazón para amar y
alma para conquistar. Tenemos sentimientos para sentir y trasmitir. Tenemos manos
para abrazar y pies para caminar. Tenemos voz para explicarnos y oídos para
escuchar. Tenemos capacidad para comprender y muchas cosas por hacer. Tenemos deseos
soñados y sueños deseados. Y podemos escoger entre uno para todas y todas para uno, o unirnos como en Fuente Ovejuna e ir todos y todas a una.
Lorenzo López