Lectura de Elena

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jueves, 10 de marzo de 2016

Las Marías

No voy hablar de la clase de galletas que algunos toman para desayunar, merendar u otros momentos de felicidad. Lo que quiero es hablar de las galletas que muchos deberían, más que tomar, recibir, en su empeño por la desigualdad de la mujer Vs hombre.

De haber, hay de todo como en botica. Y nunca deberían (y esto va para ellas) confundir un alago o piropo con una grosería. Del tono y las formas hay cientos de normas de las que merece la pena hablar. Sólo hace falta escuchar algunos que presumen de igualdad y proponen sus mejores puestos a sus amigos del bar. Porque los hay constantes en sus funciones, y no piensan doblegarse a la hora de la verdad. Hay alguno incapaz de reconocer su mal creyéndose especial por pensar como un machoman

En Valencia ponen faldas en los semáforos para que ellas puedan cruzar, como si el derecho de caminar tuviera otras normas que contemplar. Las mujeres usan pantalones diseñados para ellas, desde 1960, con lo cual no tienen razones de peso para que ahora hagan eso. Hemos visto escoceses con faldas y señoras de postín en pantalones de vestir. Hemos visto señores ceder asiento a embarazadas, ancianas y menores. Hemos leído logros de señoras con premios merecidos, y calcetines de hombres finos como pantis femeninos. Peluquerías unisex, donde se peina ella i él. Compromisos matrimoniales exquisitos y admirables. Amores sin complejos y ricos en deseos. Mantas rosas o azules que calientan sin desprecio. Féminas con almas envidiables y almas de hombres sensibles. Piropos especiales que sonrojan a cualquier dama y damas sensacionales que alagan al más varón.

Las y Los, sin más diferencia que la que salta a la vista, pero con los mismos derechos. Y así se insta. Porque es un sin sentido que algunos de “arriba” celebren el día de la mujer trabajadora, cuando por el mismo trabajo, ellas cobran menos a la hora. No concibo discutir quien debe fregar los platos y quien al bar debe ir. No lo concibo, ni lo comparto, ni lo deseo. Que los que pegan, antes de sus actos, se duelan. Que los que quieran dominar, no dominen más allá de su pensar. Y que los posesivos se posean así mismos.

Porque no hay diferencias cuando decimos, el señor elegante o la señora elegante. El señor inteligente o la señora inteligente. El señor arrogante o la señora arrogante. El señor inútil o la señora inútil. El señor o la señora tanto monta monto tanto. 

Desde 1978, y antes menos aún, este país nunca ha tenido una presidenta del gobierno en acuerdo común. De hecho si buscáis el google “PresidentA del Gobierno” no sale ni una soóla referencia. Increíble. No tan sólo algo afable.

No creo en los MACHOMAN ni en las SUPERGIRLS. Creo en las buenas personas, sean el sexo que sea. Creo en las oportunidades que nos rodean. Porque el ingenio no debería utilizarse para discriminar, sino para evolucionar. Para discurrir sobre el avance de la igualdad, para vivir y prosperar.

Alguna vez habéis pensado que todos los hombres llevamos algo femenino y todas las mujeres lleváis algo masculino. La mujer tienen coño (masculino) y los hombres polla (femenino). Pero ambos tenemos corazón para amar y alma para conquistar. Tenemos sentimientos para sentir y trasmitir. Tenemos manos para abrazar y pies para caminar. Tenemos voz para explicarnos y oídos para escuchar. Tenemos capacidad para comprender y muchas cosas por hacer. Tenemos deseos soñados y sueños deseados. Y podemos escoger entre uno para todas y todas para uno, o unirnos como en Fuente Ovejuna e ir todos y todas a una.



Lorenzo López