Lectura de Elena

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jueves, 13 de octubre de 2016

Un diario de chicas

Todo empezó como suelen empezar estas cosas… por el principio.

Diré, que cuando una relación de amistad es bonita, no hacen falta más explicaciones.

Pongamos que hablo de un “repóquer” de chicas (para los que no entendemos de póker, se refiere a 5 figuras iguales, por ejemplo, 5 reinas…) y de esta manera, quiero empezar esta historia.

Las chicas en cuestión eran… Meri. Sari. Cari. Rosi. Neni. Y lo mejor de todo, es que compartían un diario. Donde todas anotaban diariamente sus inquietudes, novedades, ligues y amores, deseos ,pasiones, juergas y resacas, y tantas otras cosas, que quizá, os sorprenda leer.

A una de las chicas, una tarde noche cualquiera, se le ocurrió la genial idea de que podían comprar un diario para compartirlo entre las cinco. De esta manera, podrían escribir sus cosillas. (Yo aquí añadiría algún comentario… lo dejo para más adelante…) Como era de esperar, a todas les pareció super guay del Paraguay. Así que se pusieron manos a la obra y fueron a comprarlo. Aquí ya llegaron los primeros rocecillos, (por decirlo suavemente…) la Meri lo quería de colorines. Rosi prefería más discreto. Cari era más de un solo color, como mucho dos. A Sari le era un poquito igual, pero qué coño, también quería meter baza, así que se le ocurrió proponer el color negro, como el de la muerte. y por último, Neni fue la más imparcial, y a pesar que aceptaba las propuestas, dejaba caer que prefería más color lila o rosa. Mientras las chicas seguían discutiendo formas y colores, eso sí, de buen rollo. A alguna ya se le estaban ocurriendo cosas para apuntar en él.

Una vez consiguieron ponerse de acuerdo y lo compraron, tenían más dudas. Quien lo iba a estrenar. Lo habían pagado a partes iguales, así que tenían que hacer algo para solucionarlo. Como siempre hay a quien se le da bien mediar, Neni propuso que podían escribir algo que todas tuvieran en común. (Madre mía. Aquí fue como algo automático, como un acto reflejo. Todas se pusieron a mirarse entre ellas. A los ojos, con dos…ovarios, vamos…) parecía como si hicieran una prueba de quien aguanta más sin reírse, o algo así. Pero como era de esperar, también siempre hay quien no aguanta más y salta… “podríamos escribir una cosa que es seguro que tenemos en común” se hizo el silencio. Todas se miraron entre sí…hasta que la Rosi preguntó tímidamente… ¿Qué estás pensando? Cari. Y esta aguantó unos segundos a contestar, (que mala leche tiene, ostia…) y dijo por fin. Las baticaos. Otros pocos segundos de silencio absoluto. Más miradas entre sorpresa, vergüenza a medias, rostros enrojecidos, y no sé cuantas cosas más… El repóquer de reinas empezó a reír como si no se hubiesen reído jamás en la vida. Y así empezó ese diario. Con un escrito sobre las baticaos… ahí lo dejo. Pendiente.

Los días pasaban y el diario se iba engordando de anotaciones motivadoras, deseos de alcoba y deseos platónicos, amores que matan y amoreeeee simplemente.  Besos profundos y recuerdos que se recuerdan. Amigos, que siempre son más que amigos… ya me entendéis. El vestuario, que me pongo y el que quisiera ponerme. Aquellas joyitas de siempre… los chicos que ahora son hombres G. Y de Wonder, y de posters, y de corazón partio, y de sólo para ti… y de bailar pegados. Y de no te soltaré nunca la mano.

También ocupaba parte de los huecos que algunas chicas dejaban sin escribir, aquellas prendas de ropa, calzado, complementos y abalorios (con forma de osito) que tanto les gustan a ellas.

Y por supuesto, llega el gran momento. Toca cotillear, que han escrito las chicas. Rosi, repasa el diario antes de anotar nada suyo. Se da cuenta de que Sari, se ha comprado unos zapatos nuevos que molan mucho, y muy atentamente lee la descripción de los mismos. Sari, flipa tras leerlo y decide anotar que ella se va a comprar un modelo de zapatos que es lo más chic del momento. Cierra el diario con gesto de… aquí estoy yo… y se va. Meri, espera estar sola y cuchichea en voz baja… (Ahora me toca a mí) Abre el diario lentamente mientras va curioseando. Hasta que lee que… Neni tiene un amigo Special-L en un círculo repasado varias veces en rojo intenso. Eso inquieta a Meri, que por un momento piensa en quien puede ser…pero no consigue imaginárselo. Pero le gusta la idea de pensar que la Neni se lo merece. Meri aprovecha para anotar que ha tenido un buen día, que le satisface pensar que sus amigas tienen algo en común, a parte de las baticaos. Y es esa parte divertida y molona de confiar en ese diario “chivato” donde cada una apunta lo que más le importa o, porque no, para chinchar un poco… que también es divertido. Las risas se reparten, se extienden y cualquier otra tarde noche de un día cualquiera, quizá se les vuelva a ocurrir otra genial idea como esta.

Al diario pronto se le acabaran las hojas… pero seguro que todo ese contenido que acumulará, será parte del recuerdo de un gran repóquer de reinas.


Ah… ese diario también contiene páginas privadas que prometí a las reinas, que no contaría jamás.

Nos leemos.


Lorenzo López