ENVIDIA:
Aunque parece
una marca comercial, no lo es. Se dice del que quiere lo que tiene otro. Celoso
con medalla. Del que desea bienes materiales incontroladamente. Aquí colocaría
a los usuarios de las opacas, que en
cuanto uno fue a por aspirinas con su black, el resto querían comprar la
farmacia. Por decirlo así.
SOBERBIA:
O sea. Un buen
ejemplo puede ser cuando a falta de unos meses para elecciones, del tipo que
sean, a estos des la un poco lo mismo, se enfrentan con otros candidatos. Se
chulean como gallitos agilipollados haber quien la tiene más grande. Cada uno
se auto valora mejor que nadie y colocándose un sobresaliente en su frente
(parte frontal de la cabeza que les protege esa mierda que tienen por cerebro)
se condecoran así mismos como el salvador
que mejorará lo que nadie ha sabido mejorar. Que harán que todo funcione como
tiene que ser. Incluso se atreven sin bacilar, ladran mentiras que disfrazan de
promesas, con tecnicismos que es posible que simplemente lean sin saber su
significado.
AVARICIA:
Esta, creo que
con diferencia, es la peor de todas. La puede hundir desde una sola persona,
hasta un país entero. No sé cuántos miles de corruptos hay realmente. Bueno, ni
yo ni nadie, porque salen como los granos en la pubertad. Dígase del quiero más
de lo que pueda abarcar, ya buscaré sitio donde ponerlo. En bolsas de basura
como hacían en el ayuntamiento de Málaga. En fondos de armarios. Ingresando
efectivo en cuentas ajenas, mientras la titular canta que te canta.
Transfiriendo cifras a Suiza y otros paraísos, con más ceros que las notas de
EGB de Jesulín. Recolectando pasta gansa, parné, pavos, plata, guita… llámalo
como quieras, pero al final nos lo joden por todos lados. Con facturas más
falsas que las promesas de hacer dieta de Homer Simpson. Con presupuestos de “escándalo” (nada que ver con lo que
forma Rafael cantando) para obras ridículas. Construcciones absurdas por las
que nos hacen creer insistentemente que vale lo pagado. No se lo traga nadie. Aeropuertos que no han tenido ni un solo
vuelo (podían habérselo dicho al Willi monago
Fog, quizá les hubiera hecho el cupo.
Todos y cada
uno de estos pecados capitales tienen en común el vicio por algo. Y si a eso le
sumas un atajo de indeseables con acceso ilimitado para delinquir legalmente,
ya nos cagamos todos.
Es injustamente
injusto, que la justicia no pueda justificar como estos corruptos se deshacen
de pruebas y tapan una cantidad de mierda, que si fueran cerdos, podrían nadar
en ella más años que los que lleva Jordi Hurtado haciendo su programa en la 2.
Justamente
nos falta un justiciero justo. Me da igual si lleva coleta, bragas de esparto, carmín en su sonrisa, mierda en las
tripas o se la pela con la mano tonta. Pero que le ponga un par y limpie de
escoria un país que nuestros abuelos y más, han luchado por dejarnos entero y
llano.
Joder
me dado cuenta que quizá hoy no provocaré muchas sonrisas, lo que seguro que
quizá provoque es que alguno se dé por aludido y desee cagarse en alguien.
El
lavabo al fondo a la izquierda…