Lectura de Elena

Lectura de Elena
lectura de Elena

jueves, 16 de junio de 2016

Artes, oficios y otras creencias

De toda la vida a habido profesiones y profesionales. Oficio con beneficio y arte que admirar. Unas manos que eran capaces de hacer un canasto de mimbre en dos tardes. Unas castañuelas con maderas autóctonas, encina, roble, cerezo, ciruelo, fresno o brezo. Hasta tengo entendido que se han hecho castañuelas con madera de botas de vino. Antes se cultivaba de forma manual, y todo era más ecológico… sin duda alguna. Se hacían botijos de barro que refrescaban un agua transparente y limpia. Antes la cocina era de hierro fundido y se guisaba con leña. Antes era antes y ahora en muchas cosas vamos tarde. Antes se hacían cosas que, no es que estuvieran de moda, sino que eran útiles, eficaces y casi eternas.

Un huevo frito no es tan fácil como algunos se creen. La mayoría habréis escuchado aquello de… “no sabes ni freír un huevo”. Pues es cierto, porque freír un huevo con puntilla, no es tarea fácil. Personalmente los he visto rotos, estrellados (algunos literalmente), al plato, revueltos, con jamón, con patatas y hasta he visto chorizos comiendo huevos a dos carrillos.

Las modas pasan de moda tan rápido como cuesta poner otra en marcha. Hoy se fabrican millones de cosas por hora, sin pensar en nada más que en las cantidades Vs beneficio. Cualquier abuelo de cualquiera de vosotros que estáis leyendo, seguro que sabía hacer algo con sus manos. Algo artesano puro, algo que merecía la pena construir sin medir ni el tiempo, ni el beneficio, simplemente la durabilidad y el satisfacción personal.

Porque no es de profesional, pensar que por serlo, lo que se diga va a ir misa. No es profesional prometer lo que no vas a cumplir (políticamente mintiendo, me refiero). No es profesional pensar por los demás. No lo es cuando te crees tan bueno, y no eres capaz de enseñar lo que sabes (Si tan bueno eres, no entiendo el temor de enseñar). No es profesional ser quien no eres. Ni lo es ni lo será.

Hoy venden rosquillas con el mismo nombre de más hace 40 o 50 años. Envases de uno, de dos y lotes de cuatro, de seis o incluso de ocho. La diferencia es el sabor, el olor y otros ingredientes. Hasta han cambiado el tamaño del agujero, ahora es más grande. Antes no te entraba el dedo meñique, ahora casi entran dos dedos.

Hay funcionarios que funcionan como buenos profesionales, y malos funcionarios que no han funcionado nunca. Hay propuestas válidas sin validar y presupuestos inválidos aprobados antes de llegar. Hay algunos profes pelmas que no se enteran y estudiantes inteligentes que derrotarían al presidente. Hay profesiones profesionales y hay otros sin definición conocida.

Hay profesionales que salvan vidas y se entregan por los demás. Y los hay que matarían por un puñado de Dólares...

Hoy en día levantarse a por agua del grifo, para muchos es un esfuerzo tal, que prefieren pasar sed. Hay quien se cree listo y jamás ha leído entero ni un whatsapp de más de cuatro o más líneas seguidas (estos son los del grupo que prefieren las fotos…). Los hay que visten de marca que les marca el cerebro, y los hay que no entienden la diferencia entre cerca o lejos. Porque es curioso que algunos se acercan desde la distancia para pedirte que le apoyes. Y pasado ese periodo se alejan, que es cuando más cerca deberían estar de las personas, incumpliendo todo aquello que prometieron y que en su subconsciente flota como una mierda en charco.

Sinceramente hay muchos profesionales, pero siguen faltando personas que en su pecho les lata un corazón, y no una zambomba.


Lorenzo López