Lectura de Elena

Lectura de Elena
lectura de Elena

jueves, 20 de julio de 2017

Y sin verte... te soñé

La tarde se perdía entre la persiana de mi habitación solitaria. Caí rendido en mi cama tras un día agotador. Mi mirada fijada entre los estrechos espacios de la persiana, que parecían partir en dos aquel atardecer lento, cada vez más lento. Cada instante algo más oscuro y mágico. Cada vez era más fácil imaginarte mientras el sol menguaba sin pausa, como una despedida sin fecha de vuelta. Mi cuerpo seguía tendido, como inerte, sobre la sabana de seda que cubría aquella inmensa cama que sólo compartíamos en sueños. Mis ojos casi cerrados, y sin verte… te soñé.

Te soñé paseando por aquella fina línea que el sol iba dejando mientras se retiraba. La pausa de tus pasos marcaba el encuentro tan esperado… estaba todo dispuesto. Había millones de estrellas observando sin perderse ni un solo detalle. Bailaban las notas del sonido de tus pasos como una danza novedosa. Las carcajadas no se podían contar, y los destellos de cada una, se unían formando tu flor favorita, linda como tu sonrisa. Y la luna más redonda y blanca que jamás puedas imaginar, seguía tus pasos como foco de escenario siguiendo a la princesa de un cuento que empezaba cada atardecer y nunca terminaba.

Mi placentera sonrisa era evidente, cada vez estabas más cerca de cumplir con mi deseo… Tenerte entre mis brazos para siempre. Acariciar la piel que envuelve tu hermoso cuerpo.

Y besarte sin contar los besos.
Y quererte sin condiciones.
Y cuidarte sin reproches.
Y acariciarte cuando estés dormida.
Y desearte sin medida. 
Y amarte toda la vida. Y…

Y sigo esperando a que vengas.
Y seguiré esperando por si vienes…
Y me despierto y no estás a mi lado.
Y siempre estoy, y siempre estaré.

Quizá mañana lo consiga. Quizá un noche tenga más atino, y consiga romper en pedazos el cristal de mi ventana, para que mis sueños lleguen hasta tu alma, y te cueles por el estrecho espacio de mi persiana hasta acomodarte en mis brazos…

Quizá mañana la luna no brille tanto y las estrellas no bailen tus pasos. Quizá otra noche tumbado en mi cama, me haga soñar de nuevo otro sueño contigo. 

Y sino, seguiré esperando por si vienes…


Lorenzo López