Lectura de Elena

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jueves, 16 de julio de 2015

Ser Los Jomes

El caso de la señora asesina.

Cerró la puerta con fuerza, al mismo tiempo que se tiró un pedo enorme. Como si no hubiese pasado nada continuó caminando despacio por la habitación, con las manos cogidas a la espalda y mirando al suelo.

Pasaban pocos minutos de las 16 horas. El silencio invadía aquella sala de estar grande, muy grande. De hecho, a pesar de la cantidad de muebles que contenía, podías caminar sin problema, recorriendo la sala una y otra vez como si dieras vueltas a la plaza mayor. Sus zapatos seguían haciendo el típico ruido en cada paso que daba y cuando giraba para volver al otro lado, se podía escuchar el sonido de roce entre los zapatos y el parqué.

De pronto se escuchó una voz que llamó su atención. Alguien había pronunciado su nombre. Se giró sorprendido, ya que pensaba que creía que estaba sólo en aquella sala. La sorpresa fue mayor cuando vio a una señora de unos 50 años, sentada en una de las butacas de respaldo ancho que adornaban una de las esquinas de la súper sala. Su cabeza se hizo una pregunta de inmediato, ¿cuánto tiempo llevaría sentada la señora en esa butaca? Tras esa pregunta, una más, si estaba antes de que entrara ¿escuchó el pedo enorme que se tiró? Fueron unos segundos donde el silencio se podía cortar. Algo desesperante. Al final contestó a la señora con un sutil saludo. Oh querida, (haciendo una pequeña reverencia…) es usted hermosa.

La señora seguro que debió pensar y/o hacerse más de una pregunta. Lo primero que le dijo fue, llegué unos minutos antes que usted y me senté para esperarle. Le noto algo nervioso. ¿No le sentó bien caminar? ¿O su desahogo no fue suficiente?

El detective Ser Los Jomes, se quedó perplejo sin saber que contestar. De hecho improvisó una pregunta para distraer la atención de la señora. ¿Tienen algo de beber? La señora le miró con desgana mientras él se hacía el remolón. Estaba entretenido con su pipa, como si aquel momento no fuera con él. La cara de la señora era un manifiesto de guerra en toda regla. El Sr. Jomes resistía la mirada mientras hurgaba en su pipa. La señora se puso en pie (se podría decir que fue en pie de guerra) y caminó hasta donde se encontraba el mueble bar. Una vez frente al mueble, agarró una botella de Burbon, añadió 3 cubitos en una vaso corto, vertió licor hasta llenar ¾ del vaso. Antes de volverse llamó al detective. Ser Los Jomes, aquí tiene su bebida. Este, se acercó a paso ligero hacia el mueble bar. La señora se dio la vuelta cuando él estuvo a menos de un paso de ella. El Sr. Jomes tomó el vaso con su mano izquierda, sosteniendo en su diestra la pipa, ahora sí, llena hasta los topes de tabaco. La señora lanzó otra pregunta de las que molestan. ¿Ha pensado ya en todo lo que mi abogado le dijo? Por cierto, espero que le guste la bebida que le he preparado… el detective le dio un sorbo que le llenó la boca. Se lo tragó cerrando los ojos, al tiempo que unas lágrimas se escurrían por sus mejillas. A media voz le contestó que no estaba mal, aunque no era lo que él se esperaba.  

Hizo una breve pausa y contestó la pregunta de la señora. Sí, su abogado me puso al día y me parece interesante este caso. Creo que aceptaré investigar para usted. Siempre y cuando no me ponga muchas pegas. La señora le miró durante 3 segundos y le dijo. Sólo le pongo una condición. Nunca más vuelva a tirarse un pedo delante de mí. Ser Los Jomes tragó saliva, toda la que pudo y replicó… Bueno ahora tengo que marcharme. Ya me pondré en contacto con usted cuando tenga algún dato interesante. La señora asintió moviendo la cabeza dos veces. Mientras Sr. Jomes caminaba hacia la puerta, la señora aún tuvo tiempo de lanzarle otra pregunta. Ser Los Jomes, no hemos hablado de las costas de la investigación. Este le contestó. Señora, sabe de sobras mis honorarios. Hay un fijo que asciende a 300 libras. El resto dependerá del tiempo que dure la investigación.

La señora le anunció que el mayordomo de daría un sobre con las 300 libras antes de salir de la casa. Y añadió… espero impaciente su llamada. Que tenga buen día.

Ser Los Jomes agradeció que no le discutiera el precio, y su rostro dibujaba una sonrisa de satisfacción.


CONTINUARÁ… (Próximo jueves 23 de Julio)



Lorenzo López