Lectura de Elena

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jueves, 9 de febrero de 2017

Sin cuenta no entras más

Esto es todo lo que vamos a tener en cuenta.

No atarás a nadie más fuerte que lo que quieras que te aten a ti. Nunca taparas la boca de otra persona con alguna prenda interior tuya… y menos un calcetín. Si usas cinturón que sea para sujetarte los pantalones o para guardarlo en el armario. Nada de hacer el Espartaco en la cama con ella. Si tienes grilletes para jugar, juega, pero no aprietes mucho, que luego deja marca y la yaya se fija en todo. Si usas cremitas deslizantes, vaselinas resbaladizas o similares, asegúrate en que momento debes aplicarlas y donde. Si no se te puede escurrir lo que tengas en las manos. La ropa no siempre tiene que ser sofisticada. Hay muchos tipos de pendas pensadas para ocasiones así. Piensa que depende como te pille, cuanto más fácil sea sacársela mejor. (Me refiero a la ropa…) Depende que otras ocurrencias tengas sobre que otros artículos usar, piensa siempre que hay un refrán que dice… No hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a ti. O sea que piensa antes de escoger. Si usas cuerda, no le des mucha, no hace falta que la cosa vaya demasiado lejos. Arrodillarse no tiene nada de malo, siempre que no sea una obsesión. Hay muchas formas de hacer según qué cosas y no hace falta arrodillarse porque sí. Pienso que el aquí te pillo aquí te lo hago. mola mucho, pero siempre con complicidad y de una forma divertida.

Las cosas son como son y no siempre encontrarás a alguien que hará todo lo que tú quieras. No hablo de bofetones para que alguien te atienda o te preste atención, hablo de provocar con miradas, risas cómplices, susurros y cualquier cosa que se te ocurra, para que ese alguien te preste atención. Dominar siempre según qué situaciones tiene que hacerse hasta pesado. Monótono, diría yo. Hay situaciones que no puedes contar a nadie. Cosas que ocurren que se tienen que quedar ahí porque sí. Pero hay muchas otras que son bonitas de poder explicar a los amigos. Decirles cómo te ha ido el fin de semana o con quien has pasado la tarde noche. O simplemente que has hecho algo diferente que te ha sentado muy bien. 

Hay muchas formas de hacer que el placer se convierta en una forma agradable de sentirse bien. No es necesario hacer un contrato para ello.

En ocasiones el no saber qué nos va a pasar, ya no proporciona una sensación de excitación lo suficientemente aguda como para desear que se repita más veces. Lo mejor de todo no es que los momentos tengan que ser especiales, sino que haya algo que haga que los momentos valgan la pena sentirlos como especiales. La monotonía rompe destinos. Rompe hasta el sentido común de algunas de las cosas que podrían pasar y no pasan. El ingenio es importante para todo. Incluso para hacer que en menos de dos horas se puedan hacer algunas de las cosas que a veces piensas que harías y no haces por que no tienes tiempo. Sobre todo, abrazar, tocar y besar... sentir. 

Si para tener un grey hay que tener 50 sombras tan oscuras que no veas venir nada de lo que te puede pasar, pues no me parece demasiado normal. Yo personalmente, prefiero menos sombras y más claros. Menos condiciones y más emociones. Menos utensilios i más sensaciones de roce. Menos cosas raras y más sorpresas gratas.

No siempre seguir las normas tiene que ser una mala idea. Romperlas de vez en cuando y hacer algo excitante como una locura que te haga sentir super bien, me parece genial.


Eso sí, que el disfrute sea mutuo y bien repartido.



Lorenzo López.