Lectura de Elena

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jueves, 26 de enero de 2017

Despistes que despistan

Es como la vida misma, os pasa a todos…

Ejemplos de despistes:

Un día de lluvia entras en una cafetería y dejas tu paraguas en el recipiente donde todo el mundo lo deja. Tomas algo, miras la prensa, vas al baño… y tu tiempo se consume, tienes que irte. Pagas i te diriges a coger el paraguas. Lo coges y sales de la cafetería. A los pocos segundos alguien te grita porque te has llevado su paraguas. Lógicamente lo miras y le selo  devuelves, y tu coges el tuyo. Le dices que ha sido un despiste y aquí no ha pasado nada. O sí. Porque a todo el mundo que le ha pasado esto del paraguas y por error a cogido otro, casi nunca ha sido uno más viejo que el suyo. Siempre parecido pero más nuevo. Quizá ha habido algún caso al revés, que algunos ha cogido un paraguas viejo olvidándose los suyos que eran nuevos. (Pero eso ya es algo más que despiste)

Otro muy usual es cuando compramos algo y a la hora de pagar damos mal el importe que nos marca el recibo. O sea que damos menos dinero. El vendedor nos llama la atención, y nosotros respondemos, perdón ha sido un despiste. Añadimos lo que falta y en paz. Pero que hacemos cuando es el vendedor el que se despista y nos devuelve de más. Que hacemos la mayoría… ahí lo dejo.

Quien no ha dicho alguna vez eso de… “Que despiste tengo hoy”.

Hay quien se despista y acierta. Hay quien se despista y se equivoca. Hay quien se despista y se despista, y ya está. Ahí quien se no despista nunca, y jamás sabrá lo que se siente.

Pues bien, todo el mundo nos despistamos de vez en cuando. Hay quien le pone más sal a los guisos porque se despista, o los que le pone más azúcar al café porque hablando, hablando pues eso…que me despistao. Hay quien queda a una hora y llega tarde porque se ha despistado. Los hay que ni ellos mismos se dan cuenta de que se han despistado de despistarse. Los hay que suben al autobús sin mirar si es el que esperaba por despiste. Y hay algún chofer de autobús que se despista del aviso de parada y sigue adelante. Hay quien compra embutido, tomates, aceite para el bocadillo de mañana y por despiste no compra el pan. Hay quien sin darse cuenta llama al timbre de otra puerta y se sorprende que le abra otra persona. Hay quien se despista con un suspiro y los hay que se despistan con menos. Hay quien se despista y se enamora.

Hay quien recorre una distancia para ir a buscar algo, y cuando llega al lugar, se da cuenta que no era por ahí, vaya despiste. Hay quien anda despistado chateando con su móvil.  Hay quien se despista y se duerme. Hay quien con el rollo del despiste te la cuela. Hay quien se despista adrede para observar su alrededor como se despistan los demás. Hay gente que pasea y se despista con un ruido. Y hay quien se despista sin querer hacerlo. Hay agendas vacías de palabras y llenas de despistes. Libretas con deberes incompletos… por culpa de los despistes…? Hay despistes que nos despistan a todos.

Llllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllllll hay que me despistado

El típico despiste de hacerse un café en la nespresso sin cambiar la capsula usada. Está el de oír sin escuchar y no enterarse de nada. El de bajo en 5 minutos, y tardar 15 o 20. El de ir dos amigas al baño y a la que tiene que vigilar la puerta le suene el whatsapp y se despiste… y te pillen en bragas.

El despiste de caminar hacia allí, cuando era hacia allá. El despiste de pararte para pensar que tienes que hacer. El despiste de pensar que estás haciendo lo correcto y errar por completo.

No hay mayor despiste que el que no se reconoce. Porque despistarse de vez en cuando es bueno para la salud. Es bueno para dejar de pensar en lo que estabas haciendo y estar unos minutos en babia… que dicen que aunque sean unos minutos, se está muy bien.

Si nadie se despistara, la vida sería tan seguida y continua, que nuestras agendas no tendrían tachones de esos que molan, como los mismos que hacíamos en las libretas del cole.


Reconozco mis despistes… más que nada porque son míos.



Lorenzo López