Lectura de Elena

Lectura de Elena
lectura de Elena

jueves, 22 de marzo de 2018

Cosas que pasan mientras miras a otro lado

Hay pocas cosas que pasen porque tienen que pasar. Las plantas crecen porque tienen raíces. El colacao hace grumos porque la leche está fría. El tonto hace tonterías y los políticos mienten porque es su pan de cada día. Mientras nuestro pan se pone cada vez más y más duro. De hecho todos mentimos tarde o temprano. Siempre hay un motivo para hacerlo, o creemos que lo hay. Si todo el mundo fuera sincero cada segundo de su vida, estaríamos peor de lo que jamás nadie se pudiera imaginar. Dicen que se inventaron las mentiras piadosas para proteger situaciones o momentos delicados de las personas.

Cada día nos hacen creer cosas que nosotros apenas entendemos. Nos cuentan a través de anuncios como han mejorado productos, diciendo que ahora son más sanos que antes. O sea que antes nos daban un mal producto y ahora cuando, según la marca, cambian o mejoran receta, nos dicen que el anterior era peor que este nuevo. Y la verdad es que nos quedamos tan contentos, como si no fuera con nosotros. Empresas que mienten por dinero, igual que muchos políticos…, igual que cualquiera que se vende lo hace. Lo que más me fastidia, no es que la gente trabajadora mienta en su curriculum vitae para conseguir un empleo, sino que lo que más molesta es las empresas que buscan trabajadores, pongan anuncios no acordes con lo que después ofrecen realmente, y encima te exijan explicaciones a ti como demandante de ese puesto. Es totalmente absurdo, protestar, sino quieres que te excluyan antes de hora. Como absurdo es, que te pregunten docenas de cosas antes de saber si realmente te interesa el trabajo. Como por ejemplo el sueldo. Todos trabajamos por dinero, no por amor al arte, así que deberían de ser sinceros con el sueldo desde el primer momento. 

Todo está movido por dinero. El dinero te dará respeto y señorío. Te dará poder de decisión en cualquier momento. Podrás mandar donde y cuando quieras. Podrás hacer lo que se te antoje. Podrás comprar a todo aquel que se quiera vender, que prácticamente hoy en día, es el 95% de la población activa con edad y capacidad de decidir qué hacer. Cuando vamos a trabajar para otro, nos vendemos. Si creemos en una marca reconocida nos vendemos. Si tratamos de financiar una compra, nos estamos vendiendo. Si pasamos nuestra nómina por el banco, nos estamos vendiendo a ese banco. Si pagamos con nuestra tarjeta bancaria, nos vendemos. Regalamos nuestros datos a cambio de la facilidad y la comodidad de pagar electrónicamente. Y ahí, también nos vendemos de todas, todas.

La vida cada vez está más sujeta a todo lo que hacemos y pensamos. Porque vamos dejando un rastro inconfundible con cada gestión que hacemos. Las empresas nos conocen mejor que nosotros mismos. Los bancos se apoderan de nuestro interés aplicando su interés para cobrarnos por ganar dinero con nuestro dinero. Los políticos hacen y deshacen según les conviene, y todo por mantener su asiento, su sueldo y sus pocas ganas de cumplir promesas. El día que las cumplan todas, seles termina el chollo.
Y así es como cada día, mientras el mundo gira, nosotros vamos confiando en marcas, cifras, empresas que nos explotan por cada vez menos sueldo, y gente que debería mandar, controlar y dirigir todas y cada una de las cuestiones que nos afectan diariamente a todos. Una injusta justicia que no actúa como debería, y que no se ajusta a juzgar de igual forma a unos u otros, dependiendo de quién, de cómo y de cuánto… seas, lo hagas o robes.


Mientras la pobreza enriquezca a los ricos, los pobres seguiremos comiendo pan ayer, y los ricos se nos comerán el pan de nuestro mañana.

Nadie regala nada, y el que te lo regale te está engañando. 


Lorenzo López