Cada día nos hacen creer cosas
que nosotros apenas entendemos. Nos cuentan a través de anuncios como han
mejorado productos, diciendo que ahora son más sanos que antes. O sea que antes
nos daban un mal producto y ahora cuando, según la marca, cambian o mejoran
receta, nos dicen que el anterior era peor que este nuevo. Y la verdad es que
nos quedamos tan contentos, como si no fuera con nosotros. Empresas que mienten
por dinero, igual que muchos políticos…, igual que cualquiera que se vende lo
hace. Lo que más me fastidia, no es que la gente trabajadora mienta en su
curriculum vitae para conseguir un empleo, sino que lo que más molesta es las
empresas que buscan trabajadores, pongan anuncios no acordes con lo que después
ofrecen realmente, y encima te exijan explicaciones a ti como demandante de ese
puesto. Es totalmente absurdo, protestar, sino quieres que te excluyan antes de
hora. Como absurdo es, que te pregunten docenas de cosas antes de saber si realmente te interesa el trabajo. Como por ejemplo el sueldo. Todos trabajamos por dinero, no por amor al arte, así que deberían de ser sinceros con el sueldo desde el primer momento.
Todo está movido por dinero. El dinero
te dará respeto y señorío. Te dará poder de decisión en cualquier momento. Podrás
mandar donde y cuando quieras. Podrás hacer lo que se te antoje. Podrás comprar
a todo aquel que se quiera vender, que prácticamente hoy en día, es el 95% de
la población activa con edad y capacidad de decidir qué hacer. Cuando vamos a
trabajar para otro, nos vendemos. Si creemos en una marca reconocida nos
vendemos. Si tratamos de financiar una compra, nos estamos vendiendo. Si
pasamos nuestra nómina por el banco, nos estamos vendiendo a ese banco. Si pagamos
con nuestra tarjeta bancaria, nos vendemos. Regalamos nuestros datos a cambio
de la facilidad y la comodidad de pagar electrónicamente. Y ahí, también nos
vendemos de todas, todas.
La vida cada vez está más sujeta
a todo lo que hacemos y pensamos. Porque vamos dejando un rastro inconfundible
con cada gestión que hacemos. Las empresas nos conocen mejor que nosotros
mismos. Los bancos se apoderan de nuestro interés aplicando su interés para cobrarnos por ganar
dinero con nuestro dinero. Los políticos hacen y deshacen según les conviene, y
todo por mantener su asiento, su sueldo y sus pocas ganas de cumplir promesas. El
día que las cumplan todas, seles termina el chollo.
Y así es como cada día, mientras
el mundo gira, nosotros vamos confiando en marcas, cifras, empresas que nos
explotan por cada vez menos sueldo, y gente que debería mandar, controlar y
dirigir todas y cada una de las cuestiones que nos afectan diariamente a todos.
Una injusta justicia que no actúa como debería, y que no se ajusta a juzgar de
igual forma a unos u otros, dependiendo de quién, de cómo y de cuánto… seas, lo
hagas o robes.
Mientras la pobreza enriquezca a
los ricos, los pobres seguiremos comiendo pan ayer, y los ricos se nos comerán
el pan de nuestro mañana.
Lorenzo López