Lectura de Elena

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jueves, 17 de septiembre de 2015

Otra ronda

La vida en ocasiones nos invita a otra ronda. Lo difícil en muchas de ellas, es saber cuántas podremos aguantar. Lo motivos por los que invita, creo que cada uno sabrá los suyos.

La cosa está en que lo que te dé te guste. Aunque algunos dirán aquello de… “A caballo regalado, no le mires el dentado” Pero qué coño, si está bien mejor. Porque si no, es como si los que gobiernan este país, renuevan poderes y aún con el mismo dentado tenemos que apechugar con ellos. Por cierto recuerdo un refrán que dice así. “A la corta o a la larga cae el burro con su carga”.  Lo podría dibujar, pero me quedado sin lápices de colores, el pedido de ALPINO no me ha llegado a tiempo…

Las rondas, por cierto, también hay que pagarlas como sea. Bueno, lo mejor es con euros. Aquello de los favores, en estos tiempos, suelen salir más caros que nunca. A más uno le cuesta la amistad. Así que mejor hacerlos a cambio de nada, sea por cariño, por afecto o por lo que a uno le salga de los huevos. Volviendo a las rondas y hablando de amistad, hay que ver lo que nos están jodiendo con el fútbol. Ahora que muchos amigos volvían a quedar en el bar para ver el partido/partidazo, quedando entre 20 y 30 minutos antes y por ese tiempo, aproximadamente, se generaba una tertulia amigable, llegando incluso a olvidarse de los “móviles” por esos minutos. Lástima que ese “canal ambicioso” que controla un deporte mundial, no haya pensado en esos momentos en que los amigos, en lugar de juntarse en una mesa a mirar sus celulares, pueden mirarse a la cara unos a otros.

El dinero vuela como nunca. Hoy en día poco es el dinero físico que vemos. Lo normal es ver demasiados ceros, e incluso se escuchan esas cantidades de forma natural, como si fuera el cambio de un café. No había visto tantos “ceros” desde que iba al cole…

Estos días y con elecciones en poco más de una semana, los políticos van como lobos a por sus presas. Prometen como siempre. Se discuten por enésima vez. Salen trapos sucios… bueno, mejor dicho documentos sucios, fracturas que nadie recuerda, contratos firmados que nadie reconoce, notas para el compinche del compinche de alguien… en fin, mil historias que algunos protegen bajo unos motivos que desconocemos, y otros que usan para postularse como el remedio. De ahí que haya una y otra ronda. Ahora sólo cabe esperar a ver si será de nuestro agrado.

Mientras tanto seguiremos atentos al móvil hasta media hora antes del partidazo para mirarnos a la cara, y hablar de otra cosa que no sea política, chanchullos, promesas, desempleo o miserias.

Les deseo un momento feliz, sea viendo un partido o haciendo ganchillo. Pero eso sí, sin móviles y mirándonos a la cara sonriendo.



Lorenzo López.