Impresionado, accedí a su
petición de quedar para tomar una copa en un garito de la zona. En una hora nos
íbamos a ver y la verdad es que estaba nervioso. Tenía muchas dudas. No sabía que
ponerme ni cómo actuar con aquella chica. Era una chica impresionante, guapa y
físicamente muy atractiva. Nos habíamos visto tres o cuatro veces, pero nunca
habíamos quedado antes para salir. De ahí que estuviera tan nervioso. Hasta
llegué a pensar que pudiera ser una broma.
Al final me vestí normal,
arregladito, pero normal. Salí con tiempo y paseando sin prisa, me acerqué
hasta donde habíamos quedado para tomar algo.
Cierto es, que no dejaba de
pensar porqué me llamó y que podría querer de mí. Tras unos minutos removiendo
en mi mente más de una posibilidad, que no voy a contar aquí, decidí entrar.
Me coloqué en la barra, pero
cerca de la entrada. Enseguida vino un camarero a preguntar que quería. Joder
pues no lo sé… le contesté que estaba esperando y se alejó. Miraba hacia el
fondo del garito para ver si la localizaba, pero la verdad era que hacía ya
tiempo que no la veía y no estaba seguro de su aspecto. La última vez que nos
saludamos, llevaba el pelo corto, bueno, media melena y oscuro. Más o menos de
mi estatura y lo demás, en cuanto a físico… pues eso… que estaba muy buena,
vamos.
Por allí había muchas chicas que
se parecían a ella, y la tentación de peguntar era tremenda. Otra cosa que me
fallaba era el apellido. Su nombre era Ana, pero quizá por aquí, entre tanta
chica guapa, hubiera más de una Ana, y sin el apellido, estaba un poco perdido.
Pero qué coño… me atreví a
acercarme a una chica que esperaba en la barra y que más o menos se parecía.
Saludé y le pregunté si era Ana. Me dijo que no y nada más. Fui hasta el fondo
del local, como si fuera al baño, para ir mirando a las chicas y ver si la
reconocía. Ostia, vi otra chica que pensé…esta sí que sí.
Hola buenas noches… ¿eres Ana
verdad? Se quedó en silencio un par de segundos y me contestó. Sí, soy Ana, ¿y
tú? Le dije mi nombre y me dio la sensación de que era ella. Pensé, que bien…
Acerqué un taburete a de donde
estaba ella… y me dijo, ¿pero qué haces? Yo me quedé quieto y mascullé,
sentarme contigo, hemos quedado para tomar algo, ¿no? La muchacha parecía no
estar muy segura de la situación. Me preguntó. ¿Seguro que he quedado contigo?
Me cagüen la leche… eso lo dije para mis adentros.
Pues verás guapa, me has llamado
hace una hora y pico y me has dicho que quedábamos aquí para tomar una copa
juntos. No recuerdo tu apellido, pero sí todo lo demás, tu pelo corto y negro,
tus manos, tus ojos castaños, tu aspecto físico, y como no tu voz suave y
dulce. Así que tú me dirás si me dejo algo…
La chica, o sea Ana, me miró
perpleja y tras suspirar lenta pero intensamente, comentó.
Mira chaval, yo hoy no he llamado a nadie por teléfono. Y de eso estoy
segura porque lo tengo a reparar. Me parece bien que quieras ligar conmigo, de
hecho me pareces un buen chico y si no fuera porque tengo un día fatal, quizá
te diría que sí, que tomáramos copas hasta que el cuerpo aguante. Pero la
verdad es que vivo en la otra punta, y he venido hasta aquí porque quería estar
sola. No te lo tomes a mal pero no estoy para historias románticas ni cuentos.
Estoy seguro que mi cara era como
el mapa del tesoro, lleno de líneas sin sentido y expresiones raras.
Así que cuando terminó con su
alegato, la miré fijamente, me acerqué un poco a ella y le dije.
Mira guapa, yo estaba en mi casa tranquilamente. Justo cuando terminaba
de cenar sonó mi móvil y una chica que se llama Ana, me dijo de quedar aquí
para tomar unas copas. Me sorprendió tanto como a ti el que esté aquí contigo.
Lo mejor de todo es que te pareces a la chica que recuerdo y a pesar de que mi
ilusión no era plena ni estaba muy convencido de que viniera nadie, encontrarte
aquí sentada esperando, me hizo sentir bien. Y te aseguro que después de mi
fracaso tampoco estoy para tirar ni una puta bengala.
Así que podemos hacer dos cosas.
O nos vamos a tomar por culo cado uno por su lado a llorar y que se lo que Dios
quiera. O bien nos tomamos unas copas a nuestra salud y lo que surja….
Ana dijo que sí y yo encantado…
lo malo fue que mientras íbamos por la segunda copa y parecía que pintaba bien,
entre risas, apareció una chica preguntando por mi…
No estaba disponible…!!!
Lorenzo López