Lectura de Elena

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jueves, 31 de julio de 2014

La entrevista de trabajo

Un mañana sin más, recibes una llamada para presentarte tal día a tal hora, en un lugar concreto, para realizar una entrevista de trabajo. O mejor dicho, la entrevista de trabajo.

Tras haber mandado más de mil currículum vítae, a tantas ofertas como encuentras, te das con un canto en los dientes si recibes una sola llamada donde te citen para hacer una entrevista para cubrir una plaza.  

Este amigo mío, al que llamaré “JAVI”, me contó la historia de su entrevista de trabajo y con su permiso, la voy a compartir con vosotros.

Javi siempre se levantaba con la ilusión de que le llamarían para empezar a trabajar. Cada día se esforzaba para estar alegre y transmitir felicidad, porque parece ser que alguien le dijo que era mejor así. Y en eso estoy de acuerdo.

Una mañana, ya con las tareas hechas, inconscientemente, esperaba esa llamada. Aunque él no lo sabía, estaba a punto de recibirla. Se levantó de la silla del escritorio para ir al baño. Justo en ese momento sonó su móvil… lástima que no lo tenía encima. Mientras apretaba con fuerza para terminar lo antes posible, aquel teléfono no dejaba de sonar. Era como si le estuviera diciendo cógeme, cógeme… en fin que cuando parecía que había terminado, se limpió y salió del WC como un rayo. Pero la llamada ya se había cortado… mierda!!! y nunca mejor dicho.

Javi se sentó en el sofá sosteniendo en móvil en su mano derecha. Tenía esperanzas de que volvieran a llamar. Cuando ya había pasado una media hora y no llamaban, Javi buscó la llamada perdida y pulsó la tecla verde. Llamando… Tras varios tonos y cuando estaba a punto de colgar, una voz femenina contestó. – ¿Diga…? Javi, algo nervioso se presentó y de carrerilla le comentó que hacía unos minutos que le habían llamado para una entrevista de trabajo, y no pudo atender el teléfono. Parece ser que no quería decirle que estaba cagando cuando llamaron… (Quizá Javi piensa que aquella señorita de voz dulce, caga de memoria…)

La cuestión es que Javi, hizo una pausa, con intención de escuchar que decía la nena, y entonces esta se pronunció. Dígame su nombre completo y su número de celular… Hostia!!! Cuando me explicaba la historia y escuché que aquella señorita de había pedido el número de su “celular”, quise preguntarle el nombre de la empresa…pero no lo hice, esperé.

Total que Javi le dio el número y nombre completo y estuvo atento a su móvil, porque le habían dicho que le llamarían en breve. No sé cuánto tiempo es “en breve…” pero Javi parece ser que estuvo esperando más de hora y media a que lo volvieran a llamar.

Por fin sonó el teléfono, pero aquella voz dulce de nena sudamericana ya no estaba al otro lado del “celular”. Le contestó un tipo, que debería ser paisano de la nena. El acento era parecido, su voz no tenía timbre… era como una imitación barata de  Clint Eastwood. El tío fue al grano. Le dijo cuándo y dónde se tenían que ver para hacer la entrevista de trabajo.

Javi con más ilusión que nervios… o mejor dicho, a partes iguales, llamó a sus padres para explicarles, simplemente que le habían llamado de no sabía dónde, ni quien, ni por qué, para quedar en un sitio al día siguiente y hacer una entrevista personal. En teoría para trabajar.

Como es normal, su padre le preguntó el nombre de la empresa… Javi no vaciló, y le contestó… tranquilo papá que esto tiene que ser algo gordo, porque son extranjeros, de eso estoy seguro.

Y así fue como Javi, se quedó a gusto… y como a su padre casi le da algo…

Por fin llegó el día D.

Javi se presentó unos minutos antes de la hora señala. Aquel tipo estaba sentado en una mesa del bar. Rodeado por un par de botellas de agua, una carpeta cerrada y una bolsa papel de color negro. Javi se acercó, saludó y se sentó. El señor ronco… le postró la carpeta abierta por el inicio de lo que sería una gran mierda… con una sonrisa más falsa que las monedas de chocolate, le dio la bolsa como si fuera un regalo. Otra gran mierda… Javi pasó un par de páginas de aquella carpeta con una mano, mientras con la otra, rebuscaba dentro de la bolsa negra. Al final tuvo que usar las dos manos para sacar el contenido… era un lote de productos dietéticos acompañados por un manual. (No sé si explicaba como tomarlos o bien consejos para joder a otros…) la cuestión fue que en el rostro de Javi se había dibujado una súper sonrisa, estaba convencido de que aquello era la oportunidad de su vida para labrarse un futuro digno. Tiene cojones la cosa…

Javi siguió pasando páginas de aquella carpeta usada… hasta que llegó a las últimas hojas. Concretamente las dos últimas.
Por orden:

PENÚLTIMA: después de haber leído esta guía y estar de acuerdo con todo lo que se nombra en ella, escriba su nombre completo, DNI y firme aquí.  _______________

ÚLTIMA: tras haber firmado esta guía-contrato y aceptar todos los términos y el pedido inicial, se le solicita un importe de 99.99 euros. Que podrá abonar en efectivo ínsito o bien por Paypal accediendo desde su propio celular a nuestra web.

Javi estaba flipando… igual que yo cuando me lo contó. INCREÍBLE!!!

Hay que joderse… encima que te engañan, aún te mandan un pedido, que no has pedido, de unos productos dietéticos que no sabes de donde han salido, ni la marca, te suena de ser blanca. Después te lo cobran como si nada… cabrones… puede pagar en efectivo ahora mismo… hostia puta!! Pero que cara más dura.

Mi amigo…Javi, al final ni firmó ni pagó, porque por suerte, ni llevaba tanto efectivo, y su visa… bueno digamos que no tenía… ancho de banda.

Espero que esta historia verídica, no sólo os haya divertido, si no que os sirva como anécdota para futuras entrevistas de trabajo.


Lorenzo López 

18ª Crónica para Elena

Querida Elena, una noche más estoy contigo, estoy escribiendo para ti, imaginando y acariciando cada palabra… como tú me enseñaste.

Esta semana mi preocupación ha sido mayor que otras, y aunque sé que no deseas oírlo, así es. Porque siento algo especial por ti, porque vale la pena sentirte, porque cada palabra que escucho con tu voz, penetra tan dentro de mí alma, que la sensación es maravillosa.

Con todo mi corazón deseo que mejores, que creas que puedes seguir adelante… Que sientas el cariño que con cada pensamiento tengo para ti diariamente. Quiero que me imagines como siempre, sin pensar que me hace sufrir tu enfermedad, si no con la primera sonrisa que compartimos el día que nos conocimos.

Por favor Elena… quiero que me sientas como yo te siento.
Te quiere sin fin.


Lorenzo Lópeza