Lectura de Elena

Lectura de Elena
lectura de Elena

jueves, 25 de enero de 2018

Los segundos de felicidad

Ese que nos roba poco a poco la vida sin apenas darnos cuenta. El tiempo. El mismo que nos espera por muy tarde que lleguemos. El que nos enseña a valorar lo que tenemos, por no haber valorado lo que tuvimos. El mismo que da experiencia mientras vivimos, el mismo que nos curte día a día, golpe a golpe.

Pero parece que todo el tiempo del mundo no nos es suficiente. A lo largo del día siempre estamos pendientes del reloj intentando buscar una excusa que preceda al “es que no tengo tiempo

Tenemos 24 horas al día para hacer muchas cosas, y tenemos que saber diferenciar entre lo importante y lo necesario.

Creo en los segundos de felicidad que tenemos a lo largo de nuestras vidas, y que en muchas ocasiones nos vienen a la memoria sin más. De esos segundos de felicidad comentaré más abajo.

Tenemos tiempo para pensar y pensamos en el tiempo que nos queda, en lugar del disfrutarlo. Dedicamos tiempo a soñar imposibles en lugar de hacer realidad pequeños propósitos. Perdemos tiempo hablando de cosas banales, mientras el segundero avanza sin cesar. El tiempo no construye, sino destruye. Somos nosotros lo que tenemos que decidirnos y planificarnos que queremos hacer e ir a buscarlo, sin dejar que nadie nos diga que no podemos hacerlo. Quizá no lo consigamos a la primera, pero seguro que habrá valido la pena intentarlo, y desde luego valdrá nuevamente la pena volverlo a intentar.

Que el tiempo no nos quite tiempo para ser felices.

Al día se lo lleva la noche y a la noche el día, y el tiempo se lleva todos los días sin dejarse ni uno. El tiempo nos acompaña donde sea que vayamos y donde estemos, sin pausa alguna. Porque El tiempo es el único puntual en esta vida. Y por esa misma razón, no debemos dejar de hacer aquello que realmente nos gusta y nos apasiona. Debemos cumplir con nuestras obligaciones, sí, pero la necesidad de disfrutar es real y debemos hacerla posible. Nunca deberíamos dejar de decir algo que sentimos a alguien que queremos, por el simple hecho de que mañana será otro día. Jamás!!!  Si te apetece sonreír, sonríe, canta, baila, sueña, patalea si te apetece o túmbate al sol hasta que te canses. Jamás dejes de pensar en ti, como muchas veces piensas en los demás. Mírate al espejo y sonríete, hazte un guiño y siéntete más tú que nunca. La felicidad se consigue teniendo tiempo para hacer cosas que te gustan.

Creo que si tienes un buen día, darte un premio es muy importante.  Pero personalmente pienso que si tienes un mal día, premiarte en forma de automotivación, debe formar parte de enfrentarse a la consecución de objetivos diarios. Evitemos un castigo por no haber conseguido un objetivo, y evitaremos una mala noche de pensamientos negativos y mal descanso. Si nos premiamos de forma motivadora, nuestro descanso nocturno será más satisfactorio y por la mañana nuestros objetivos se verán más alcanzables. En definitiva, que seremos más resolutivos.

Creo en la importancia de los segundos de felicidad. Son segundos que nos vienen a la mente sin más y que en muchas ocasiones nos hacen sentir bien. En momentos de bajón emocional son de una gran ayuda. Esos segundos de felicidad pueden hacer que una persona que tiene un día desagradable, pase a tener un medio día bueno, y eso significa que del total del día, un 50 % habrá sido más satisfactorio emocionalmente hablando. Esto va en concordancia a que si terminas un día de forma satisfactoria, el día siguiente tienes más posibilidades de empezarlo igual de satisfactorio. Sería como decir, si termino bien, empezaré bien.

Así que si alguien necesita un empujón a lo largo del día, que pienso en los segundos de felicidad que seguro le ayudaran mucho. Pero sobre todo, buscar tiempo para disfrutar de lo que más os guste, o simplemente de lo que os apetezca en ese momento. Y si tenéis alguien con quien compartirlo, mejor que mejor.



Lorenzo López