Lectura de Elena

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jueves, 24 de septiembre de 2015

Versión orinal

Las cagadas afloran como setas en el monte por estas fechas. Para recogerlas ahora, no es cuestión de usar este tipo de recipiente. Basta con tener una cara más dura que los bizcochos de la abuela del 8º D, y una sin vergüenza sin etiquetas ni reservas. Una mala postura ante el más grande de los espejos llamado Europa. Con la “desfachatez” del no sé, o ahora este tema no corresponde (porque no tengo ni idea de que pie va con cada zapato). Vivimos rodeados de inútiles y ese es el gran problema de un país. Cualquiera de nuestras abuelas, hubiera sido capaz de gestionar la economía de este mismo, y todos sabemos que hubiese sobrado dinero y comida. Igual que cuando vamos los domingos a comer con nuestra mamá, que te vas comido y con un par de tuppers llenos.

Es como si te pican los huevos y te rascas la nariz.

La capacidad del orinal es proporcional al tamaño. Resumiendo, que coge lo que cabe y cuando hay más contenido que capacidad se desborda. Y entonces la mierda fluye a sus anchas y se cuela por cualquier sitio. La física elemental dice que un objeto no puede ocupar al mismo tiempo el lugar de otro. O sea que si llanas un orinal de falsas promesas, las buenas no van a caber. Y sólo salen a la luz cuando el recipiente se vuelca. Lo malo de todo esto que nos toca pisarla a los de a pie. Nos toca confiar y nos obligamos a creer en lo menos malo, porque lo bueno, bueno no se paga con dinero, se paga con tiempo, y eso significa perder la vida para ganar libertad. Eso significa que cuando nace una persona, no sabemos el futuro que tendrá. Eso significa que cuando tienes una enfermedad, no sabes si podrás curarte con seguridad. Eso, señoras y señores políticos, significa que cuando el hambre nos llama a la puerta, y lo más blando que tienes son las lágrimas, desearías invitar a cualquiera del partido que sea a llorar con uno frente a la familia de ambos. Eso es la cruda realidad, eso acurre en pleno siglo XXI. Donde es más fácil mandar un cohete al espacio. O donde es fácil mandar una nave espacial a la luna o a marte para investigar nuevas formas de vida, cuando aquí no se resuelve la nuestra. Donde es más sencillo mirar hacia otro lado mientras ocurren cosas malas a la gente buena. No señores, no. La vida es un derecho de todos, y como seres humanos merecemos la oportunidad de enmendar nuestros errores, igual que ustedes. Como todos, tienen el beneficio de la duda y como no, también la obligación de solucionar sus errores.

Quisiera terminar añadiendo algo que todos sabemos. La falta de inteligencia, cortesía, atención y decoro, seriedad, respeto y cordura, amabilidad, ingenio, honradez, compasión, astucia, humildad, sencillez y rapidez, con la que últimamente nos despachan. Tenemos que escuchar como un periodista le da respuesta a su propia pregunta, porque el que la tendría que saber hace siempre la misma cara de pasota. Como de que eso no va con él, como que a él le han escrito (alguien no mucho más listo que él mismo) unas notas que debe leer. Alguien que salió de detrás de un plasma para que… es que no se me ocurre ni una mentirijilla

Podría decirse que salió para hacernos creer, que si se nos ponía en frente le creeríamos más. ERROR, ha perdido más puntos que la Volkswagen.

Este escrito no es para sonreír, pero deseo que llegue hasta lo más profundo de la conciencia y del corazón de aquellos que deberían hacer simplemente, las cosas bien hechas.



Lorenzo López