Lectura de Elena

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jueves, 7 de enero de 2016

El Tinto Elemento

Cuando sigues las pistas correctas llegas a un lugar incorrecto. Cuando las pistas con incorrectas te pierdes.

Hay muchos caminos que llevan a Roma, que son los mimos por donde volver a casa. Y yendo y viviendo, escuché una historia que voy a compartir con ustedes.

Unos chicos habían quedado para montar una fiesta en casa de Cloë. En un principio todo parecía normal. Una buena fiesta con amigos y conocidos. Gente guapa con la que te movías habitualmente y coincidías en otros muchos sitios, restaurantes, cafés, bodas de familiares, comuniones, pubs, y hasta en algún funeral.

La cosas pintaba bien y todos tenían un ilusión común por que empezara aquella fiesta. Sólo faltaban 4 días. Cloë anunció todos los asistentes a su fiesta tenían que cumplir una condición de obligado cumplimiento. Absolutamente todos tenían que asistir con pajarita, los hombres de color negro azabache y las mujeres de color rojo carmesí. La mayoría no puso problemas ni objeciones. Los pocos que lo hicieron tenían que elegir entre asistir a la fiesta de Cloë o buscarse otro lugar donde divertirse. Cloë hubo puesto una fecha límite para que confirmaran la asistencia a su fiesta. 24 horas antes del día de la fiesta. La fiesta era el día 9 de enero a las 18 horas en punto. Aunque Cloë les había citado 30 minutos antes del empiece.

Cloë había conseguido un grupo de amigos y amigas para que le ayudaran con las compras de bebidas como vino, cava, refrescos y mucha, mucha cerveza. Por supuesto diferentes tipos de comida, postres, licores y café, infusiones y también mucho helado de distintos sabores. A ella le molaba el de nata y chocolate. Decía que le excitaba mucho cuando rozaba su piel  con la cuchara fría mientras comía helado. No faltaron adornos de varias formas y tipos. Elegantes donde los hubiera, pero sobre todo con mucho colorido y divertidos.

Dos días antes del inicio de la fiesta, que duraría 28 horas seguidas (Cloë cumplía 28 añor), ya se estaban poniendo los adornos y habilitando zonas para almacenar las provisiones. Hasta había alquilado un frigorífico/congelador industrial para poner la bebida, los licores, el hilo, postres varios y los helados.  A falta de un día para comenzar el fiestón, Cloë atendió los mensajes que confirmarían la asistencia de los invitados. Prácticamente todos, salvo Toni y Luisa, que al final les había surgido un imprevisto. El total de invitados era de 23 confirmados. Todos los demás había dicho que si venían a la fiesta. Pero Cloë se encontró con que todos hacían la misma pregunta, cosa que ya esperaba. Ella les puso la condición de que todos tenían que asistir con pajarita, y los invitados preguntaban si a parte de ese complemento, deberían vestir traje, ropa informal, etc… Cloë les dijo podéis venir vestidos como queráis, pero sobre todo que no se os olvide la pajarita.

Por fin llegó el momento, faltaban 20 minutos para empezar la fiesta y los invitados iban llegando uno tras otro. Según la lista de Cloë sólo quedaban por llegar cinco invitados y 8 minutos para la previa a la fiesta. En apenas 7 ya estaban todos dispuestos en la gran sala que la anfitriona había habilitado para la recepción de los invitados. Al fondo de aquel gran salón estaba Cloë que vestía una bata de terciopelo verde botella, y que sujetaba un micro donde con su índice daba pequeños golpecitos comprobando que funcionara bien. Al final se escuchó su voz diciendo.

Bienvenidos todos a mi casa y a mi fiesta. Sois mis invitados y deseo que disfrutéis mucho de todo lo que encontréis aquí. Hay bebidas de todo tipo, comida muy variada, postres, distintas clases de cerveza, de vino, de cava y de licores… y mucho helados para todos. Sólo me falta aclarar dos cosas. Nadie debería salir de esta casa en 28 horas, el que tenga la necesidad de hacerlo por el motivo que sea, podrá salir, pero no podrá volver a entrar. Lo otro es el tema de la pajarita. Quedan 14 minutos para que empiece oficialmente mi fiesta que es vuestra fiesta y todos tenemos que vestir con la pajarita y nada más.

En aquel gran salón se escuchó un grandísimo ooohhhh!!! Entonces Cloë se deshizo el nudo de su aterciopelada bata verde y la dejó caer allí mismo. En su cuello destacaba una pajarita roja carmesí perfectamente colocada. El resto de cuerpo se podía contemplar completamente desnudo. Algunos de los invitados ya habían empezado a despojarse de sus ropas sin más, otros eran un poco más tímidos, aunque se fueron animando. Apenas faltaban unos segundos para las 18 horas y todos estaban como vivieron al mundo. En pelotas. Eso sí, los hombres con sus pajaritas azabache y las mujeres con sus pajaritas carmesí. Era realmente auténtico, diferente y pero elegante a la vez. Tras la posición donde se encontraba Cloë, había unos baldes llenos de hielo y botellas de cava bien frío, y un par de mesas con un montón de copas apiladas a punto de ser llenadas para el primer brindis de inauguración de la fiesta de Cloë.

Cuando todos y todas tuvieron sus copas llenas, Cloë quiso decir unas palabras. Los invitados a tendían en silencio.

Amigos y amigas, queridos todos y bienvenidos a mi fiesta. Deseo que lo paséis de puta madre con la mejor música variada que sonará de manera fluida y sin pausas. Quiero que os divirtáis y disfrutéis como nunca.

Así que comed, bebed, reíd, bailad y follad todo lo que os pida vuestro cuerpo


**********************!!!!!!!! QUE EMPIECE LA FIESTA !!!!!!!!***********************


Lorenzo López