Querida Elena.
Hace días que pienso en ti y en todo
lo que tengo por contarte. Sé que recibes los archivos de audio que te mando y
también, como era de suponer, que los escuchas varias veces. He estado
trabajando para ti, para que tengas un mejor acceso a mis lecturas. En unos
días recibirás los enlaces.
No hace mucho lloraba unas lágrimas porque eché de
menos algunos ratos que habíamos pasado juntos… fíjate tú como son las cosas. La
amistad sincera es lo que tiene, que siempre hay alguien a tu lado cuando lo necesitas. Y tú eres mi amiga y estaré...
Sé que no quieres que me moleste
y que me lo has dicho miles de veces, que tú ya vas haciendo y que no tengo que
preocuparme tanto por ti. Querida amiga, necesito preocuparme, necesito sentir
que estás bien, que disfrutas, porque no me basta con saber que vives, porque
la vida si no se disfruta de alguna manera por sencilla que sea, no tiene
sentido ninguno. Me hace falta como respirar sentirme bien sabiendo que tú lo
estás. Creo que muchas personas deberían preocuparse de disfrutar de algo. Creo que urge sonreír y agradecer los
detalles de la gente, una mirada, un gracias, un consejo, un beso, un gesto. Nos urge ser más persona y
en ese corazón nuestro, asegurarnos que entra todo aquello que nosotros
deseemos dejar pasar, evitando en lo posible, lo que nos duele.
Amiga Elena, tú me has
enseñado a vivir distinto, a pensar de una forma sin formas, en la oscuridad de
los colores y en la mente de la imaginación suprema. Me inclino ante ese gran
gesto tuyo que jamás olvidaré.
Eres la maestra de mi saber.
Recibe un beso enorme de tu amigo Lorenzo López
Gracias querida Elena.