Amiga Elena.
Te escribo estas letras para
hacerte saber que dentro de cómo está todo, voy aguantando. Por tus notas, sé
que estás bien. Lo del achuchón de tu abuela, ya me fastidia, aunque sé que
está mejor, dale mil besos por favor.
Hace unos días vi una publicación
de un aparato que se pone en el dedo y mientras sigues las frases con el mismo
dedo, las va leyendo. Por supuesto que pensé en ti y aunque sólo es un
proyecto, seguro que algún día tendrás uno. Me hizo gracia la nota de voz que
me mandaste con tu comentario sobre el último mini relato “El chándal de los
Domingos”… me alegro que te gustara y que te hiciera sonreír.
No están siendo momentos fáciles,
pero lucho por seguir adelante, por imaginar lo más parecido a lo que tú
imaginas. Muchas noches cuando me voy a la cama, aprovecho la oscuridad para
intentar apreciar los sonidos como lo hacéis los invidentes i hacerme una idea
de que podría ser. Insisto en ello hasta quedarme dormido. Me gusta colarme en
esa forma de apreciar e imaginar las cosas, como tú me sigues enseñando, para
poder transmitir mejor mis sentimientos e ilusiones.
Siempre estaré para lo que
necesites.
Te quiere siempre. Lorenzo López.