Querida Elena,
una noche más estoy contigo, estoy escribiendo para ti, imaginando y
acariciando cada palabra… como tú me enseñaste.
Esta semana mi
preocupación ha sido mayor que otras, y aunque sé que no deseas oírlo, así es. Porque
siento algo especial por ti, porque vale la pena sentirte, porque cada palabra
que escucho con tu voz, penetra tan dentro de mí alma, que la sensación es
maravillosa.
Con todo mi
corazón deseo que mejores, que creas que puedes seguir adelante… Que sientas el
cariño que con cada pensamiento tengo para ti diariamente. Quiero que me
imagines como siempre, sin pensar que me hace sufrir tu enfermedad, si no con
la primera sonrisa que compartimos el día que nos conocimos.
Por favor Elena… quiero que me sientas como yo te siento.
Te quiere sin
fin.
Lorenzo Lópeza