Prácticamente todo el mundo
espera la rebajas como agua de mayo. Descuentos interesantes sobre buenos
productos.
Así es, muchas rebajas. Recortes
importantes en cifras que merecerían la pena estar un tanto más elevadas.
No voy a referirme a las rebajas
de enero ni nada parecido. Esas, sinceramente no son lo suficiente importantes
para el país. Las rebajas que importan realmente, son las que los perversos
cuatreros de la política capitalista, han provocado en pensiones o sueldos. Con
ello sólo han conseguido mermar familias que ya no estaban demasiado bien. Familias
que han pasado de tocar el fondo de puntillas, a estar con el agua por las
orejas.
Sin miramientos ni respeto por
nadie ni por nada. Empresas que se han ido a la mierda. Familias enteras destrozadas.
Empresas en quiebra. Autónomos perdidos entre facturas pendientes de cobrar, (algunas
de organismos oficiales) Una puta vergüenza con las mayúsculas más grandes que
jamás se puedan escribir.
Casas sin personas y miles de
personas sin casa. Estudiantes sin estudios. Erasmus quebrados a capricho de un
ser que parece que respire mierda por la nariz y despida los vapores por ese
boquete de sonrisa falsa al que algunos llamaran boca. Yo lo llamo culo. Un tipejo que no tiene ni idea de
cultura. Ni lo esencial para poder corregirse así mismo un par de notas
escritas con su mala gana. Y así, cualquiera que esté por encima de las
personas. Mirando su propio interés y defendiendo lo indefendible. Intentando hacernos
creer que nos equivocamos al pensar que nos engañan.
Hasta personas sin vida, aún
muestran su enfado y su desacuerdo por tal y como fueron las cosas. Por tal y
como van ahora, aún retumban sus tumbas, tras un suicidio más propio de llamarse provocado, empujado o perpetrado a voluntad de los que dirigen con
rumbo a su propio destino, un puto barco sin control al que llaman espa%a va
bien.
Me cagüen la leche que han mamao.
Si el sentido común y la buena voluntad que tienen para sus quehaceres, lo
usaran para el bien, seríamos un súper país.
Más rico que las sopas de ajo. Más bien mirao que los posters de la Samanta
Fox en los 90. Más ejemplar y admirable que los donuts en una comisaria de la New York
City. Y más cojonudos que los espárragos de Navarra. Así se podría estar
contento. Teniendo personas al cuidado de personas, y no ladrones cuidando de
nuestra pasta.
Señores, las cosas aún están mal, y
si vuelve a salir un tío desafortunado en su imagen, con cara de gilipollas, y tras
unas gafas con tanto aumento, que casi podemos ver la mierda de su cerebro, no
confiéis en él. Es el puto lobo que se comió a la abuela… ya ahora va a por
cualquiera que le haga un mal gesto, una puta peineta… o simplemente una foto pa
jugar a los dardos.
Que le den por donde termina su
nombre….
Que tengáis buena semana, sonreír
tanto como respiréis y disfrutad todo lo que podáis.
Lorenzo López