Si no tienes, no tienes. Y si tienes, sácalo que lo veamos todos.
La sabiduría no es algo que aparezca
de la noche a la mañana. Eso de irte a dormir tonto del culo y levantarte más
listo que el hambre, sólo pasa en los cuentos. Bueno, en los cuentos que nos
cuentan algunas malas lenguas. Porque
ni el hábito hace al monje, ni un puñado de folios a doble espacio y con letra
de médico enfadado, nos hacen listos. Y cuando digo listo, no me refiero a espabilado
de la vida o el momento. Me refiero a listo de saber cosas. De saber que cuando
uno promete tiene que cumplir. De saber que dos más dos son cuatro y que el pan
con hambre es tan bueno como la langosta por capricho. De saber que los
problemas no se cuentan con los dedos de las manos como si fuera una ración de calorías,
se tienen que vivir día a día y sudar la camisa. Se tiene que sentir el dolor
de llegar a fin de mes, y tener que elegir si pagar la luz o comer y comprar
velas. Se tiene que sentir aquella voz que muchos nunca sabrán lo que dice. Se tiene
que poner el corazón en todas aquellas pequeñas cosas por las que uno se levanta cada
mañana. Porque no basta con decir hoy puede ser un gran día, hay que luchar
como un jabato para, en muchas ocasiones, volvamos a casa pensando que no
ha sido grande, pero sí un buen día.
Ser inteligente es saber decidir, es saber
equivocarse y saber volver a empezar. Inteligente es saber perdonar, es saber
ayudar, es saber estar. Ser inteligente es saber dónde estás y que tienes que
hacer para que todo funciones lo mejor posible, y más cuando hay personas que
dependen de tus decisiones. Ser inteligente es reconocer tus propios errores y
solucionarlos. Inteligente no es sólo un adjetivo, ser inteligente es esfuerzo
diario. Porque la vida también enseña, la vida alecciona a todo el mundo. La vida
arremete contra todo y contra todos, y hay que estar preparado. La vida es la
vida, y siempre te descubrirá algo nuevo cuando menos te lo esperes.
Muchas veces no nos damos cuenta
de las cosas que están ocurriendo a nuestro alrededor, y otras muchas veces, no
queremos darnos cuenta, porque simplemente estamos bien como estamos y no
queremos ni molestarnos en echar un vistazo a ver lo que pasa por ahí. Cada vez
nos estamos volviendo más egoístas. Perdemos sensatez y ganamos egoísmo. Perdemos
ilusión y ganamos nostalgia. Perdemos amigos y ganamos soledad. Perdemos sonrisas
y ganamos mal estar. Perdemos el buen humor y ganamos del malo. Perdemos cosas
importantes y simplemente ganamos cosas. Cada vez la gente es más estúpida y
rencorosa. Cada vez… cada vez cuesta más
ser uno mismo. A unos porque les gusta aparentar lo que nunca fueron. Otros
porque quieren ser lo que jamás podrán ser y otros muchos porque desean lo que
no deberían desear nunca. Hay quien roba por placer y hay quien sin placer
manga para comer. Hay quien dirige sin saber dónde tiene su propio culo, y hay
quien da por el culo sabiendo a quien tiene delante. Los hay con marters and commanders, y otros sin commanders ni colorantes.
Yo te culpo a ti y tú me culpas a mí. Dime de qué presumes y te diré de qué careces.
Yo te culpo a ti y tú me culpas a mí. Dime de qué presumes y te diré de qué careces.
Un consejo, aunque los demás te copien
tú sigue estudiando.
Lorenzo López