Lectura de Elena

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miércoles, 20 de febrero de 2019

Manipulando

Dividimos nuestra vida en partes desiguales como si de un rompecabezas se tratara. Sin darnos cuenta que tarde o temprano, tendremos que unir todas las partes.

Pensamos que lo bueno está por llegar cuando las cosas nos van mal, y cuando nos van bien, no pensamos en que algún día nos pueden ir mal. 

Nos dejamos llevar por tendencias que sólo benefician a unos cuantos. Nos dejamos manipular voluntariamente. Las modas nos hacen tanto daño, que acabamos por acostumbrarnos de tal manera que dejamos de darnos cuenta de lo negativas que son para nosotros. Compramos marcas sólo por que las anuncia algún famoso, sin prestar atención a todo lo demás. No valoramos si es lo mejor para nosotros. No decidiendo si es bueno o malo. No atendemos a nuestra necesidad en la mayoría de ocasiones. Simplemente compramos porque está de moda y creemos que si no lo tenemos, vamos a ser los peores. Ni tan siquiera nos importa el precio que pagamos por ese producto, lo compramos, y como tontos, nos creemos los más felices del mundo. Pero lo mejor de todo, es que andamos por la calle creyendo que somos mejores que quien no lleva lo que nosotros tenemos, y eso es lo que nos hace tan hipócritas. La gente valora la apariencia, y la primera impresión dice mucho de una persona, pero juzgar por apariencia, debería ser pecado capital, si es que no lo es ya. 

Dejémonos de tanta gilipollez y seamos más sensatos con nosotros mismos. Dejemos de valorar lo que otros visten o calzan, y prestemos atención a lo que realmente necesitamos. Prestemos sumo cuidado a lo que compramos innecesariamente. Porque que sentido tiene calzar, por ejemplo, unos zapatos que anuncia un famoso (que simplemente lo anuncia por dinero, y casi nunca usan lo que anuncian) si nos duelen los pies. Porque usar un móvil de la marca de la manzana cuando en poco tiempo nos van a tocar la pera sacando otro mejor. Porque vestir los colores que nos dicen que están de moda, con lo bonito que son todos los colores combinados de forma adecuada. Porque comprar los cereales, los yogures, las galletas, el vino, el agua, el embutido, el pan, etc... que nos dicen que son los mejores, cuando eso deberíamos decidirlo nosotros, si son buenos o no para nosotros, o nos gustan más unos que otros una vez los probemos. Igual nos pasa con los perfumes. Muchos compran los más caros porque se anuncian por celebrities, sin importarles como le va a oler en su piel ese perfume. Con esto no estoy diciendo que hay cosas que merecen el precio que valen por la calidad que tienen, pero si digo, que no siempre todo lo caro es lo mejor o nos conviene más. Y es ahí donde quiero ir a para, saber que nos conviene más y para que queremos lo que vamos a comprar. Porque para escribir un gracias, un perdón o un te quiero, me vasta un simple lápiz sin goma en el extremo superior. 

Con esto me refiero a que nos estamos dejando llevar por los demás casi para todo, dentro de unos años será para todo, sin el casi, y hacemos, vestimos y comemos lo que nos dicen. Creo que debemos escuchar propuestas, claro que si, pero con criterio propio. Teniendo siempre un motivo y una razón de ser por el cual hacemos las cosas que nos gustan, de esa forma estoy seguro que seremos más felices que consumiendo lo que otros quieren que consumamos. 

Seamos nosotros mismos y no lo que los demás quieren que seamos.


Lorenzo López