¿Mamá, cuando comeremos pan de
hoy? Mañana hijo, mañana. Eso en el mejor de los casos. Hay gente “pa to”, igual te planchan un huevo, que
te fríen una corbata. Hay quien te pide de salir, porque le molas, y los hay
que te enseña la salida. Los hay que se enamoran a primera vista, y otros que
sin las gafas del “serca” no ven un
tren parao.
El tío que te manda a por
cebollas y le traes melones… (rima fácil) es parte contraria a la que rima con el cinco.
Los hay que desean a la vecina más
que a su propia mujer, y otros desean que la mujer propia, no guste a los
vecinos. El pez que se muerde la cola o la cola que se presta a ser mordida. El
pan con nocilla o el tulipán sin helicóptero. Un mosén sin ostias o muchas
ostias sin dueño. Aquellos que van a por agua sin cántaro o los que vienen sin
cántaro de tanto ir a la fuente. Los maniáticos que tienen la manías o los sin
manías que se hurgan la nariz y comen con las manos. El deseo de desear lo
ajeno o lo ajeno que queda el deseo. Quien la hace la paga o quien la paga…ya
no vuelve. Hay quien cree en los enanitos azules porque se cree más alto que
ellos. O los que creen en papá nöel, o los que afirman que Pinocho era portugués, porque es de madeira. Miénteme Pinocho…miénteme.
Unos llaman a los 805 XXX XXX para escuchar y otros para hacer la quiniela. Los
chicos observadores miran a las chicas guapas y les encuentran defectos
(cabrones) y los hay que encuentra virtudes sin necesidad de mirar. O sea,
aquello del vaso medio lleno o medio vacío. (Personalmente, si es de agua lo
encontraré medio lleno, pero si es de wiski,
siempre medio vacío)
La mayoría de personas buscamos la diferencia
entre el precio y el valor. Otros buscan la calidad del valor para ponerle
precio a la sinrazón del beneficio de la duda. Y el que tire la primera piedra,
la tendrá que ir a buscarla. Porque no
siempre podrás esconder la mano. Porque la suerte no la repartió un manco. Porque
lo que va vuelve y tiro porque me toca. Porque si los hay listos, será porque no
reman galeras. Los hay que pintan cuatro rallas y se hacen famosos porque Maradona
las compra todas. Los hay que no buscan la fama… y siguen cardando la lana. El que engaña
se miente así mismo y el engañado se venga omitiendo la verdad y nada más que
la verdad. Hay quien está a las duras y a las maduras, y otros que se tienden
bajo el árbol con la boca abierta. Si le pides peras al olmo, no te las dará…quizá
esté sordo. Si insistes, ¿eres tonto…? no. Eres paciente y obstinado. Pero te
quedarás sin peras. Aquel que da todo por su minuto de gloria en televisión. Para
que veáis lo caros que son los anuncios. Los que siguen unas normas muy
concretas basadas en el… “culo veo culo quiero” piensa lo que quieras, pero
hablo de culos, sino de envidia. Tú llevas eso, yo quiero eso. Y es cuando te
la dan con queso… demasiados “esos” juntos. Los hay que todavía creen que los pitufos
vendrán a Lleida y otros que creen que ya hace tiempo que están por aquí. Los hay
que bucean en la bañera de casa con flotador y algunos que hacen de socorristas
cuando esto sucede. Unos hacen la pasta sin agua y otros ponen los ladrillos
con dos cojones. El mundo gira, la virgen de la cueva que llueva que llueva, y otros huelen las nubes y
a otros les huelen los pies. El cabezón no piensa más por su diámetro craneal,
sino que piensa más cosas que tú al mismo tiempo. Mientras tú dejas ir unas
flatulencias, él hace las cuentas de un país. (En España es fácil. DEBE –
HABER) DEBE mucho. HABER hay, pero mal repartido. >
Y resumiendo el contenido de esta
alegoría, decir que mientras otros pierden el tiempo mirando unos waps, tú te
has ilustro y divertido leyendo. Y LO SABES!!!
Un punto y aparte.
Rubios o morenos, bajos, altos,
listos, regulares o irregulares, atentos o cohibidos, cobradores del frac, vendedores
de humo sin hoguera, ingeniosos, pensadores, parlantes, señoritas de moral
distraída o varones desorientados, buscavidas, quinquis, vividores y folladores,
ministros y otras bestias, y animales de dos piernas. Para gustos los colores,
para risas las tuyas, para sosos están los del quinto. Para razones los jefes, para
mandar los comandantes, para las suegras, un respeto. Para dirigir muchos
inútiles. Para gozar el colacao maravillao.
Para besar tus labios, para escribir mí destino, el hielo, para soñar tus
piernas, para viajar los sentidos. Para bailar
un pañuelo con monedas. Para llorar, mis penas. Para contagiarme tu esperanza, para
ayudar, dar. Para recibir, ir. Para enamorarse, sé. Para morir tenemos toda la
vida, para disfrutar unos segundos. No dejes para mañana todo lo que hoy puedas
acumular en tu alma hoy. Para etiquetas tu talento. Para beber agua. Para comer
el mundo. Para dormir tus brazos. Para respirar tú aliento. Para unos un
porquería, para otros, Dios te salve María. Para algunos un puñado de tontadas
y para los buenos… un dulce cuento de Hadas.
Lorenzo López